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publicado el 24/02/2023

José Martí y el reinicio de la guerra por la independencia en Cuba

Gracias a la sistemática y tesonera labor realizada por José Martí durante años, con la colaboración de otros patriotas, se logró que en Cuba se reanudase la guerra por la independencia el 24 de febrero de 1895.

Esa  nueva etapa de enfrentamiento a las fuerzas españolas constituyó la continuidad histórica de la lucha iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 que se prolongó por espacio de casi diez años y también de los esfuerzos posteriores que se realizaron con el objetivo de propiciar la liberación de Cuba del dominio colonial español. 

Martí no participó en la primera etapa de la guerra independentista. Cuando comenzó esa contienda él tenía tan sólo 15 años y residía en La Habana y los combates se desarrollaron inicialmente en la provincia de Oriente. 

Más, tan sólo unos meses después de haberse iniciado dicha guerra él expuso en un soneto su adhesión a esa lucha de los patriotas cubanos.

En la parte inicial de esa obra manifestó:

         No es un sueño, es verdad: grito de guerra

         Lanza el cubano pueblo, enfurecido;

         El pueblo que tres siglos ha sufrido

         Cuanto de negro la opresión encierra

Con posterioridad por sus convicciones patrióticas Martí padeció primero el presidio político y la realización de trabajo forzado y después el destierro, al tener que trasladarse en calidad de deportado hacia España.

Él incluso desde la propia metrópoli española siguió con la fuerza de la palabra  patentizando su apoyo a la causa de la independencia de su tierra natal. En 1873 cuando en España se proclama la República elaboró un trabajo en el que patentizó: “Hombre de buena voluntad, saludo a la República que triunfa, la saludo hoy como la maldeciré mañana cuando una República ahogue a otra república, cuando un pueblo libre al fin comprima las libertades de otro pueblo, cuando una nación que se explica que lo es, subyugue y someta a otra nación que ha de probar que quiere serlo.”

Y también enfatizó: “Mi patria escribe con sangre su resolución irrevocable. Sobre los cadáveres de sus hijos se alza a decir que desea firmemente su independencia. Y luchan, y mueren. Y mueren tanto los hijos de la península como los hijos de mi patria. ¿No espantará a la República española saber que los españoles mueren por combatir a otros republicanos?”

Varios lustros después  Martí se consagró a lograr que en Cuba se reanudase la lucha por la independencia.

Desde la etapa final de los años ochenta empezó a trabajar en forma intensa y sistemática  en aras de ese objetivo y para ello contactó con veteranos y experimentados luchadores, como fueron los casos del dominicano Máximo Gómez y del cubano Antonio Maceo y Grajales, por citar tan sólo estos dos a manera de ejemplo.

Igualmente captó a jóvenes que estaban interesados en dar su aporte a la causa de su pueblo y a los que calificó metafóricamente hablando como los “Pinos nuevos”.

José Martí además pronunció diversos discursos en los que con su palabra vibrante instó a sus compatriotas a hacer todo lo que estuviese a su alcance para lograr hacer realidad el sueño de ver liberada a Cuba del dominio colonial español.



José Martí fue el creador del periódico Patria, para que sirviera de vehículo idóneo para la difusión de las ideas independentistas y fundó el Partido Revolucionario Cubano, del cual llegó a asegurar que no había surgido de la vehemencia pasajera, ni del deseo vociferador e incapaz, ni de la ambición temible; sino del empuje de un pueblo.

Precisamente en un trabajo titulado Nuestras ideas que se publicó en la primera edición del periódico “Patria”, el 14 de marzo de 1892, detalló que la guerra no ha de ser para el exterminio de los hombres buenos, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su dicha.

En otros trabajos que salieron tanto en el periódico “Patria”, en discursos y en documentos, Martí continúo precisando los objetivos de la guerra independentista y cómo debía desarrollarse.

Acerca de ello se refirió en lo que históricamente suele ser identificado como el Manifiesto de Montecristi, suscrito de conjunto con Máximo Gómez el 25 de marzo de 1895.

En ese manifiesto se señaló: “La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en el plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es un suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo.”

Consecuente con su modo de actuar en correspondencia con sus principios y con lo que había proclamado Martí ya el 11 de abril de 1895 logró llegar a Cuba para dar su aporte directo al desarrollo de la guerra.

El 19 de mayo de ese año en la zona de Dos Ríos se produjo su caída en combate. El día anterior había comenzado a escribirle una carta, que quedó inconclusa, a su gran amigo mexicano Manuel Mercado en la que le

aseguró: “Mi hermano queridísimo: Ya puedo escribir, ya puedo decirle con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía y mi orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber -puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”

La Guerra Necesaria sirvió de inspiración a los combatientes de la Guerra de liberación nacional (1956-1958), encabezada por Fidel Castro y con la cual Cuba logró la definitiva independencia. Y para reflejar la tradición de lucha heredada en cada etapa de la historia nacional, el propio Fidel Castro refirió en varias ocasiones que la Revolución cubana es una sola, iniciada en octubre de 1868.

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