Calificado como la imagen del pueblo, el hombre de las mil anécdotas y el Señor de la Vanguardia, resulta Camilo Cienfuegos Gorriarán por haber sido un excepcional combatiente y dirigente revolucionario y por el gran amor que sintiera por Cuba y sus compatriotas.

Su nacimiento se produjo el  6 de febrero de 1932, en el barrio de Lawton, en el actual municipio Diez de Octubre, en La Habana.

Su vida fue breve pero muy fecunda. Su desaparición física se produjo el 28 de octubre de 1959, cuando tenía tan sólo 27 años. Ese día se trasladaba en una avioneta desde la ciudad de Camagüey hacia La Habana.

La etapa de la niñez, adolescencia y juventud de Camilo  se desenvolvió en La Habana.

Fue en 1953 cuando viajó a los Estados Unidos de América  para tratar de encontrar un mejor trabajo pero en dicho país sólo estuvo hasta 1955.

Igualmente fue en La Habana cuando se inició su vida como luchador revolucionario puesto que ya el 7 de diciembre de 1955 participó en una gran manifestación para rendir homenaje a Antonio Maceo en el aniversario de su caída en combate y también para patentizar una condena a la dictadura militar  reaccionaria existente en Cuba, desde el año 1952.

Al producirse un enfrentamiento con las fuerzas militares de la dictadura Camilo resultó herido.

Camilo volvió a participar en otra gran manifestación  el 28 de enero de 1956 en el aniversario del natalicio de José Martí. Poco tiempo después salió de Cuba. Se dirigió primero hacia el territorio estadounidense y seguidamente a México.

En dicho país logró contactar con el grupo de combatientes revolucionarios que, bajo la dirección de Fidel Castro, se entrenaban para retornar a Cuba con vistas a reanudar la lucha de liberación.

El 25 de noviembre de 1956 Camilo fue uno de los 82 expedicionarios que salieron en el yate Granma desde el puerto mexicano de Tuxpan. Tres días después de haber llegado el dos de diciembre  por la zona suroriental de Cuba, Camilo tuvo que enfrentar el ataque sorpresivo que realizaron los soldados de la dictadura contra los expedicionarios en  Alegría de Pío.

Éllo provocó una gran dispersión de los combatientes revolucionarios, muchos de los cuales al caer prisioneros en los siguientes días fueron asesinados. Camilo fue uno de los pocos que pudo eludir la persecución desatada por las fuerzas del régimen dictatorial.

Formó parte de un pequeño grupo encabezado por Juan Almeida quienes algo más de 15 días lograron reencontrarse con Fidel y decidieron aún en medio de condiciones extremadamente difíciles proseguir la lucha en las montañas de la Sierra Maestra.

En el transcurso del año 1957 Camilo sobresale por sus condiciones como uno de los más relevantes combatientes de la tropa rebelde, incluso ya en el mes de abril de 1958 Fidel le otorgó el grado de Comandante.

Entre mediados de agosto, y la primera quincena de octubre, de 1958, encabezó una columna invasora que se trasladó desde la Sierra Maestra hasta la parte central de Cuba, donde también dirigió combates y batallas en forma exitosa, entre ellas la llevada a cabo en el poblado de Yaguajay, en la etapa final de diciembre de ese año.

En la madrugada del primero de enero de 1959 se produjo la fuga del dictador Fulgencio Batista y entonces elementos reaccionarios desencadenaron una maniobra para tratar de controlar el poder y evitar que se produjera el triunfo de la Revolución.

Ante esa situación Fidel que se hallaba cerca de Palma Soriano dirigiendo las operaciones encaminadas a ocupar la ciudad de Santiago de Cuba de inmediato ordenó que los combatientes rebeldes mantuvieran la ofensiva en todo el territorio nacional y de manera específica encargó a los Comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, que se encontraban en la entonces provincia de Las Villas, que se trasladasen de inmediato hacia La Habana con el objetivo de controlar las principales instalaciones militares.

En correspondencia con lo planteado por Fidel, Camilo llegó a La Habana el dos de enero e instaló su comandancia en el Campamento Militar de Columbia.

Varios días después, el 8 exactamente, cuando se produjo la llegada de la Caravana de la Libertad a La Habana con Fidel al frente. Camilo participó en el recorrido que se realizó a través de las principales avenidas y calles de la capital cubana y que culminó precisamente en el campamento de Columbia. Allí Fidel se dirigió al pueblo habanero y a toda Cuba en sentido general.

En el transcurso del año 1959, hasta el mes de octubre en que se produjo su lamentable desaparición física, Camilo Cienfuegos, como dirigente de la Revolución, habló y sostuvo encuentros con diversos sectores de la población cubana.

Con su palabra como arma de combate también dio una contribución relevante a la defensa y desarrollo del proceso revolucionario cubano.

De manera muy especial esto se puso de manifiesto en el último discurso que pronunció, precisamente en La Habana, en este caso el 26 de octubre de 1959, en el que citó un fragmento del poema de Bonifacio Byrne dedicado a la bandera cubana y además enfatizó: “De rodillas, de rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestra frente y será el día que lleguemos  a la tierra cubana que guarda veinte mil cubanos, para decirles: ¡Hermanos, la Revolución está hecha, Vuestra sangre no corrió en balde!”

En La Habana se halla un museo en la edificación donde se produjo en la calle Pocito en Lawton, en el actual municipio Diez de Octubre, el nacimiento de Camilo Cienfuegos. Allí en los aniversarios de su natalicio o de su desaparición física se organizan actividades en las que participan niños, adolescentes y jóvenes, y además personas adultas, que se interesan por conocer más sobre la vida y la obra de Camilo, quién por supuesto sigue y seguirá siendo fuente de motivación y enseñanza.

Y es que Camilo, como imagen del pueblo, está presente en la Revolución, en la obra creadora del pueblo.