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publicado el 16/01/2023

El primer combate victorioso de los integrantes del Ejército Rebelde

En la desembocadura del rio La Plata, en la Sierra Maestra, el 17 de enero de 1957, bajo la dirección de Fidel Castro la todavía pequeña tropa que integraba el Ejército Rebelde logró su primera victoria en un enfrentamiento con soldados de la dictadura batistiana.

Varios días después también obtienen un segundo triunfo en la emboscada de Arroyo del Infierno que tuvo lugar el 22 de ese mismo mes.

Alcanzaron esos éxitos a menos de dos meses de haber llegado los expedicionarios del yate Granma a Cuba y sobre todo después de haber sufrido el costoso revés cuando resultaron atacados en forma sorpresiva por fuerzas de la tiranía batistiana en Alegría de Pío, exactamente el 5 de diciembre de 1956.

En la etapa final del año 1956 y principios de enero de 1957 con el apoyo de campesinos, el germen inicial del Ejército Rebelde se fue fortaleciendo y estuvo en condiciones de sostener un nuevo enfrentamiento con efectivos de la dictadura batistiana y ésta vez lograr una contundente victoria.

Ernesto Che Guevara quién formó parte del grupo de combatientes rebeldes que participó en el ataque a un pequeño cuartel que existía en la desembocadura del río de La Plata, comentó acerca de la trascendencia que tuvo esa victoria inicial.

Precisamente al escribir, posterior al triunfo de la Revolución, acerca de ello el Che Guevara, detalló en el trabajo titulado "Combate de La Plata":

“El ataque a un pequeño cuartel que existía en la desembocadura del río La Plata, en la Sierra Maestra, constituyó nuestra primera victoria y tuvo cierta resonancia, más lejana que la abrupta región donde se realizó.”

Y de inmediato aseguró:  “Fue un llamado de atención a todos, la demostración de que el Ejército Rebelde existía y estaba dispuesto a luchar y, para nosotros, la reafirmación de nuestras posibilidades de triunfo final.”

La Plata: la primera victoria del Ejército Rebelde

El Che ofreció detalles de cuándo y cómo se decidió realizar ese ataque.  Manifestó al respecto:

“El día 14 de enero de 1957, poco más de un mes después de la sorpresa de Alegría de Pío, paramos en el río Magdalena que está separado de La Plata por un firme que sale de la Maestra y muere en el mar dividiendo las dos pequeñas cuencas. Allí hicimos algunos ejercicios de tiro, ordenados por Fidel para entrenar algo  a la gente; algunos tiraban por primera vez en su vida.”

Agregó que en ese instante la tropa rebelde contaba con 23 armas efectivas y que por la tarde de ese día subieron la última loma antes de llegar a las inmediaciones de La Plata y que seguidamente siguieron por un angosto trillo del bosque transitado por muy pocas personas y marcado especialmente para ellos a punta de machete por un campesino de la región. Precisó que ya el 15 de enero avistaron el cuartel de La Plata, que se hallaba a medio construir, y que pudieron apreciar igualmente a los soldados.

Che Guevara explicó que desde el amanecer del 16 de enero se mantuvo la observación sobre el cuartel y que ya a las tres de la tarde los combatientes rebeldes comenzaron a desplazarse y que por la noche cruzaron el río de La Plata, que no tenía profundidad y se apostaron en el camino. Poco tiempo después interceptaron a dos campesinos y éstos ofrecieron informaciones acerca de la cantidad de soldados que había en la instalación y detallaron además, que dentro de unos instantes pasaría por el lugar uno de los más famosos mayorales de la región, de pésima reputación.

El guerrillero heroico afirmó que se pudo capturar a ese mayoral que estaba borracho y se le logró engañar puesto que Fidel se hizo pasar por un coronel del ejército que estaba investigando por qué ya no se había podido exterminar a los rebeldes. 

Tras comentar la actitud del citado mayoral e incluso señalar que él firmó su sentencia de muerte cuando mostró orgulloso el calzado que le había ocupado a uno de los expedicionarios que resultó asesinado días atrás, el Che manifestó que los combatientes rebeldes se fueron acercando a las posiciones enemigas a unos cuarenta metros.

Contó que el ataque se había iniciado a las dos y cuarenta de la madrugada y que los guardias hicieron más resistencia de la esperada. Y en la parte final del citado trabajo resumió de la siguiente manera la trascendencia que le atribuyese a esa primera victoria de los integrantes del Ejército Rebelde, y al significado que tuvo que se lograra la ocupación de un número de armas, al exponer:  “Este fue el primer combate victorioso de los ejércitos rebeldes; en éste y el combate siguiente, fue el único momento de la vida de nuestra tropa donde nosotros hayamos tenido más armas que hombres…”

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