
Alberto Vera Morúa, creador de canciones llenas de amor y de esperanza
El notable compositor Alberto Vera Morúa, quién por esas coincidencias de la vida nació y falleció en similar día, en este caso el 18 de diciembre, fue una gran figura de la música popular cubana.
En 1929 tuvo lugar su nacimiento en La Habana en el seno de una familia de artistas. Su padre fue proyectista y decorador y su madre destacada pianista y profesora de música. Ellos inculcaron en sus hijos, Alberto y Maité, sentimientos de creatividad y amor por el arte.
Desde la etapa de su infancia Alberto inicia estudios de música, que abandona años después cuando comienza la carrera de Constructor Civil en la Escuela de Artes y Oficios de La Habana.
Es allí precisamente donde conoce a Giraldo Piloto, quien además de ser compañero en ese nivel de enseñanza se encontraba finalizando los estudios de violín en el Conservatorio de La Habana.
En el año 1949 ambos comienzan a relacionarse con un grupo de jóvenes autores que admiraban, entre los cuales estaban José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz y Rosendo Ruiz.
A partir de entonces fueron fieles seguidores de los cultivadores del feeling en Cuba.
Motivado por esa música “con sentimiento” Alberto Vera escribió la letra de su primera composición titulada “Porque nunca es tarde”, tema al que Giraldo Piloto puso música. Así surge el binomio autoral Piloto y Vera.
Después crearon otras entre las tituladas Nueva vida, Tu fidelidad, Duele, Y deja, así como Tu verdad.
En 1958 ellos dieron a conocer dos canciones que se inscribirían para siempre en la historia musical cubana: "Sólo contigo basta" y "Añorado encuentro". Ésta última alcanzó el mayor rating de grabaciones y popularidad en Cuba.
También en esa época, Piloto y Vera incursionan en la especialidad de la comedia musical y se presentan, como compositores de la parte musical, de las obras "Las vacas gordas", original de Abelardo Estorino, y "Las Yaguas", que escribió Maité Vera.
Tales puestas escénicas fueron recibidas con gran éxito en todos los teatros del país donde se presentaron.
El 6 de septiembre de 1967 en un accidente de aviación murió Gerardo Piloto. Alberto Vera perdió así a un gran amigo, al compañero inseparable con quién desde 1944 compartía sueños y anhelos.
Entonces durante varios lustros no compuso otras creaciones musicales y se dedicó fundamentalmente a atender las funciones de Director de Música del Instituto Cubano de la Radio y la Televisión durante casi 15 años.
Tras un prolongado tiempo sin componer ya en la etapa de los años ochenta resurgió nuevamente en el panorama de la creación musical.
Logró incluso alcanzar notoriedad con disímiles obras entre ellas la identificada como Lo que me queda por vivir que dedicó especialmente a su querida esposa y de la que hizo una magistral interpretación Omara Portuondo.
También compuso otra canción titulada Amigas en las que interrelacionó a Omara Portuondo, Elena Burke y Moraima Secada.
Sus aportes a la música popular cubana y la singular manera de escribir las letras, lo definieron como un gran romántico. Fue sinónimo de amor y melodía. Su obra y meritorio desempeño profesional fue y es escuela para muchos compositores cubanos.
Una característica notable de Alberto Vera fue su diversidad creativa, al cultivar los géneros románticos de la canción y el bolero junto con el son y otras modalidades de la música cubana.
Muchas relevantes figuras tanto de Cuba como de otras partes del mundo incluyeron en sus repertorios obras de su autoria. También él le dio una especial atención a jóvenes intérpretes al compartir con ellos creaciones suyas y ofrecerles orientaciones al respecto.
Alberto Vera obtuvo premios y reconocimientos en concursos de música tanto en Cuba como en el exterior y con ese desenfado que lo caracterizaba afirmó en una oportunidad: “A quién no le gustan los premios, pero yo creo que por encima de esa satisfacción lo importante es participar”.
Alberto Vera falleció en La Habana el 18 de diciembre de 1996 cuando cumplía 67 años.