La Habana y las cuatro décadas de su designación como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Este miércoles se cumplió el aniversario 40 de haber sido declarado el centro histórico urbano de La Habana y su sistema de fortificaciones Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Se trata de un momento de particular importancia para la capital de todos los cubanos y cubanas, refrendado por la Convención sobre la Protección del Patrimonio mundial, un mecanismo internacional para proteger el patrimonio.
Aprobada por la Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, en 1972, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial fue ratificada por Cuba el 24 de marzo de 1981.
En el curso de ese año las autoridades cubanas prepararon y enviaron el expediente de nominación del centro histórico de la ciudad de La Habana y su sistema de fortificaciones, que fue avalado posteriormente por una evaluación hecha por parte de expertos internacionales.
Para quien desconozca sobre nuestro sistema de antiguas fortificaciones de La Habana que se conservan en la actualidad, les informo que este grupo de construcciones está integrado por tres principales obras arquitectónicas; los castillos de la Real Fuerza, el de San Salvador de la Punta, el de los Tres Reyes Magos del Morro y el de San Carlos de La Cabaña (éstos dos últimos se ubican en el mismo entorno geográfico aunque son independientes)
Fueron obras ingenieras permanentes, de carácter defensivo, erigidas por el poder colonial (español) para preservar sus posesiones americanas, especialmente La Habana, de los ataques de sus enemigos.
Incluían además de los señalados, otros castillos situados en distintos sitios de La Habana, tales como el del Príncipe y el Atarés, respectivamente, así como fuertes, fortines, murallas, torreones, cuarteles, y baterías.
Tan sólo de manera muy resumida señalamos algunos detalles de varias de esas otroras fortalezas militares habaneras que han perdurado a través de varias centurias y en las que en varias de ellas en estos momentos funcionan museos.
En tal sentido les comentamos que el Castillo de la Real Fuerza, que es la edificación de su tipo más antigua que se conserva en Cuba, está ubicado en uno de los laterales de la Plaza de Armas.
Tuvo como antecedente otro castillo, denominado de la Fuerza, construido entre 1538 y1540 por unos 100 hombres bajo la dirección del capitán ingeniero Mateo Aceituno, quién fue su primer alcaide.
En 1555 el corsario francés Jacques de Sores en un ataque que hizo a la villa de San Cristóbal de La Habana logró ocuparlo y lo incendió.
Posteriormente la Corona española decidió erigir una nueva fortaleza que identificó como de la Real Fuerza, a unos 200 metros al sureste de donde estuvo el castillo anteriormente citado.
El Castillo de la Real Fuerza fue residencia de Capitanes generales españoles, depósito de riquezas en tránsito por La Habana y puesto de mando principal de la junta militar durante la Toma de La Habana por los ingleses en 1762.
Asimismo el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro se comenzó a construir en 1589 y ya en 1592 se pudo artillar su fortaleza; pero no fue sino hasta 1630 cuando se dio por terminada.
El Castillo de San Salvador de la Punta posibilitó concretar la idea de cerrar con fuego cruzado de la artillería el acceso al puerto habanero. Casi simultáneamente a la construcción del Morro, se inició la de la Fortaleza de la Mesa de María o San Salvador de la Punta.
En 1593 la obra estaba casi terminada; pero el ciclón de 1595 derribó cañones, muros y terraplenes, lo que hizo que los trabajos se prolongaran algo más.
La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, así nombrada en honor al Rey Carlos III, se construyó sobre el cerro del mismo nombre, entre 1763 y 1774. Fue la instalación militar española de mayor dimensión no sólo de La Habana sino de Cuba en general.
Desde hace años La Cabaña es muy visitada por personas interesadas en apreciar la ceremonia del disparo del Cañonazo de las Nueve y también durante la celebración en La Habana de la Feria Internacional del Libro.
Precisamente desde 1999 La Cabaña es la sede principal de la que se considera como la actividad cultural que más público atrae en nuestro país.