Valoraciones de personalidades cubanas sobre La Habana
Diversas personalidades cubanas han ofrecido valoraciones sobre la significación de La Habana tanto en libros que han escrito, así como en conferencias, discursos y en intervenciones en distintos eventos.
Por supuesto no es posible hacer referencia a un gran número de esas consideraciones por lo que tan sólo citaremos algunas.
Por ejemplo el Doctor Emilio Roig de Leuchsenring, quién fue el Director Fundador de la Oficina del Historiador de la Ciudad, y desempeñó a cabalidad esa función durante casi tres decenios hasta que se produjo su fallecimiento en 1964 dejó también constancia del significado de La Habana en varios libros que escribió.
Al respecto citamos el titulado Cuadernos habaneros que tuvo como fin divulgar popularmente, con fines educativos y culturales, la historia del Término Municipal de La Habana, tanto en lo que se refiere a acontecimientos acaecidos así como a lugares, edificios o monumentos de interés y valor histórico.
Además en esa obra Roig igualmente enalteció la vida y la obra de personalidades habaneras de gran prestigio en las letras, las ciencias, las artes y la enseñanza o que más figuraron como benefactores públicos o como mantenedores y defensores de la libertad e independencia de Cuba.
Otro de los libros de Roig fue el identificado La Habana, apuntes históricos, editado en tres tomos, en el que igualmente el Director de la Oficina del Historiador de la Ciudad ofreció una amplia y variada información acerca de cuestiones relacionadas con la historia y desarrollo de la capital cubana y hasta de aspectos curiosos.
También otras significativas personalidades han ofrecido valoraciones acerca de La Habana.
Por ejemplo Marta Arjona, quién fue Directora de Patrimonio del Ministerio de Cultura, afirmó lo siguiente: ·”El centro histórico de La Habana Vieja es uno de los conjuntos urbanos más importantes de América Latina y el Caribe, porque reúne aspectos que se destacan con singular fisonomía entre los perfiles paramétricos de la monumentalía, con un claro dibujo de altos valores referenciales que han permanecido intactos en el transcurso de varios siglos. En este caso, trazado, estilos arquitectónicos y sistema de defensa de la ciudad, a partir de un puerto que por sus características de protección y su situación geográfica, representó para el tráfico entre dos continentes aún la impronta inconfundible de los alarifes que escribieron con palabras de piedra, la historia del nacimiento de un Nuevo Mundo; consideraciones que determinaron la declaración que le otorga al Centro Histórico de La Habana Vieja la categoría de Patrimonio de la Humanidad.”
Alicia Alonso, primerísima bailarina y quién fue además Directora del Ballet Nacional de Cuba dejó constancia de lo que para ella significaba La Habana ya que enfatizó: “La Habana representa para mí, ante todo, las raíces. Por todas partes se habla, en cada rincón o monumento está el pasado y el presente de nuestro pueblo. Pero también su futuro. Porque La Habana es una ciudad que siempre estamos haciendo, que nunca dejaremos de construir.”
Y aseguró: “¡Cuánta historia, cuanta cultura acumulada paso a paso por nuestro pueblo, con su forma de ser, su trabajo y sus principios! En La Habana está la continuidad de nuestro ser, la prolongación de cada uno de nosotros hacia el pasado y hacia el futuro.”
El Doctor Eusebio Leal quién igualmente fue Director de la Oficina del Historiador de la Ciudad durante varios decenios, escribió libros, impartió conferencias, pronunció discursos e incluso hasta atendió de modo directo programas de radio y televisión en los que destacó aspectos relacionados con La Habana.
El Doctor Leal aseguró: “Admiro toda la ciudad tal y como es hoy, con todos sus barrios y con todas sus expectativas futuras, pero no oculto que prefiero intramuros. Vivir bajo un techo elevado, los zaguanes amplios, las escalinatas iluminadas al amanecer por el rayo de luz multicolor de un óculo, apenas insinuado en una bóveda. El secreto del agua en su misterioso andar por aljibes y caños de barro, el clamor de alguna que otra campana solitaria. La posibilidad de conocer a todos, o a muchos, de los que nos encontramos en las calles todos los días en este pequeño mundo de apenas cuatro kilómetros cuadrados, donde la historia ha acumulado recuerdos y acontecimientos de tal magnitud, valores de tanta importancia, que han permitido que esta parte de La Habana integre el Patrimonio Cultural y Espiritual del género humano.”