Ania González Rodríguez

Los niños son la custodia más pura en momentos en que la ciudadanía da su voto en elecciones o referendos; ellos están presentes cuando se abren y se sellan las urnas ante testigos de la comunidad en los colegios, ellos observan como su barrio va llenando de boletas esos depósitos y te dicen de manera muy sencilla y franca, si quieren o no estar allí, porque los niños no saben mentir.

Buscando esa muestra de participación voluntaria en los más tiernos guardianes de la democracia cubana, nos fuimos a dialogar con los pequeños; he aquí sus testimonios en tres colegios del municipio de Guanabacoa, circunscripción cuatro del reparto Habana Nueva.

Primero fue Alberto Jesús Morales García de quinto grado en la escuela Carmelo Noa Guil, quien a la pegunta de ¿Por qué estás aquí? contesta: Estoy aquí para llevar adelante nuestra patria, he aprendido muchas cosas. Yo también fui a las casas donde tienen a las personas mayores en cama y  por eso no pueden venir a votar y viene un familiar, llama o nos busca y vamos con alguien de la mesa. Junto a Albertico vino también a custodiar las urnas su hermanita Cheyla.

Alejandro Fernández Nápoles de la misma escuela nos dice: “La maestra preguntó quien quería venir y yo decidí venir para que todos cumplieran su derecho y su deber de votar y me siento muy bien aquí, muy feliz; estoy aquí con mis amiguitos ayudando a que todos puedan votar…a muchas cosas, espero que todo salga bien”.

La pionera Gabriela Alejandra Lora Silva de séptimo grado, escuela Tony Santiago, a la pregunta de si se siente bien estando en el colegio electoral custodiando las urnas, expresa con madurez que asombra: Sí, es reconfortante, ya que en este nuevo código de familia se han aplicado nuevos derechos que pueden servir de mucho. El código sirve para todos, para niños y jóvenes y para que se respeten nuestros gustos”.

Otro pionero del colegio número uno circunscripción cuatro: Yo me llamo Luis Miguel López García y estoy aquí por la Revolución cubana.

Sin razonarlo quizás, pero con la seguridad de que están haciendo algo bueno, los pioneros  que custodian las urnas están dando su aporte a una ley que servirá, en caso de ser aprobada por la mayoría del pueblo, para asegurar y proteger muchos de sus  derechos y su felicidad, en el presente y futuro de su país.