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Cuba lo confirma en su día a día: “En el pueblo hay muchos Camilos”

El 12 de noviembre de 1959, hace hoy 65 años, el máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro  se presentó en la TV Cubana para  referirse a la presencia simbólica, y fuente de inspiración y enseñanza,  del Comandante Camilo Cienfuegos al confirmar su lamentable desaparición física.

Fidel realizó una comparecencia especial en la que precisó: “…en el pueblo podemos encontrar a lo largo de la lucha compañeros como él, y ese es el motivo para sentir  nosotros una compensación, en medio de esa pérdida tan irreparable que ha significado él, tanto desde el punto de vista  afectivo para todos nosotros como desde el punto de vista revolucionario…”

El 28 de octubre había salido de la ciudad de Camagüey hacia La Habana en una avioneta en la que también viajaban el piloto y otro integrante del Ejército Rebelde.

Al cabo de varias horas transcurridas sin que la avioneta llegase a su destino comenzó a pensarse en un posible accidente y ya al día siguiente se inició una búsqueda intensa que se prolongó durante más de una semana y en la que además de efectivos militare3s participaron millares de hombres y mujeres.

El 12 de noviembre citado Fidel señalaría al respecto:  “Lo que el pueblo tiene que pensar es esto: ¿de dónde salió Camilo? Y Camilo salió del pueblo. Nadie conocía a Camilo hace cuatro años; tal vez muy pocos, sus amigos. Camilo es, sencillamente, un hombre del pueblo, que salió del pueblo. Es decir, que el pueblo ha dado los jefes. Y Martí lo decía, que del pueblo salían los líderes. El pueblo dio a todos los Comandantes, a los que cayeron y los que sobrevivieron.”

Y además enfatizó: “Camilo era un humilde hombre, hijo  de familia humilde, de un trabajador humilde, y era a su vez un trabajador: era sastre.”

Camilo fue uno de esos jóvenes que reaccionó en 1952 con indignación ante el golpe de estado que se realizó en el país y el establecimiento de un régimen dictatorial.

Algún tiempo después participó inicialmente en movilizaciones realizadas en La Habana para condenar a la dictadura batistiana e incluso resultó herido.

Ya en el año 1956 Camilo   se trasladó hacia los Estados Unidos de América y fue en ese país que a través de un amigo suyo, que había formado parte de los que participaron dirigidos por Fidel en el asalto al cuartel Moncada conoció que en México se hallaba Fidel con el empeño de entrenar a un grupo de jóvenes que después se trasladarían a Cuba en una expedición para reanudar la lucha.

Camilo se empeñó en dar también su aporte y en tal sentido se trasladó a México y logró conseguir que Fidel lo aceptase no obstante que ya estaba casi a punto de la realización de la citada expedición.

Fue así como Camilo es uno de los 82 expedicionarios del yate Granma y retorna a Cuba el dos de diciembre de 1956. Tres días más tarde recibió el bautismo de fuego cuando los expedicionarios resultaron atacados en forma sorpresiva  en Alegría de Pío por soldados de la dictadura batistiana.

En el transcurso de los siguientes días Camilo forma parte del pequeño número de combatientes rebeldes que logró eludir a los soldados de la tiranía y pudo reencontrarse con Fidel y aún medio de condiciones extremadamente difíciles ratificó su disposición de continuar la lucha.

Durante 1957 participó en forma activa en varios combates en los que demostró su firmeza.

Ya en abril de 1958 Fidel le encomendó una riesgosa misión, la de junto a un pequeño número de combatientes operar en una zona casi llana de la provincia de Oriente.

Y fue en esos momentos cuando recibió la noticia de su ascenso a Comandante.

Varios meses después Fidel le encomendó la dirección de una Columna invasora que tendría la misión de dirigirse desde la Sierra Maestra hasta la zona más occidental de Cuba, Pinar del Río.

En el mes de octubre de 1958 Camilo ya se encuentra en la entonces provincia de Las Villas y recibí la orden de Fidel de permanecer en dicho territorio hasta nuevo aviso para que pudiera ayudar al Comandante Ernesto Che Guevara  que estaba próxima a llegar a esa zona central de Cuba y entre ambos consolidar la lucha revolucionaria allí.

Camilo incluso en la provincia de Las Villas llevó a cabo en la etapa final de diciembre de 1958 la batalla de Yaguajay.

Y al producirse en la madrugada del primero de enero de 1959 la fuga del dictador Batista y varios de sus más allegados Camilo recibió, al igual que el Che Guevara, orden de trasladarse de inmediato hacia La Habana. En su caso ya el día 2 de enero logró llegar al campamento militar de Columbia.

Más allá de sus cualidades como combatiente con las armas en la mano tras el triunfo de la Revolución Camilo demostró también sus cualidades y sensible como dirigente revolucionario. Su palabra también fue un arma esencial de combate. Pronunció múltiples discursos e intercambió con diversos sectores del pueblo en los recorridos que hizo por diferentes lugares del país.

En octubre de ese año igualmente desempeñó una esencial labor en el desmantelamiento de las acciones realizadas en la provincia de Camagüey por incluso quién tenía la responsabilidad de hallarse al frente de los integrantes del Ejército Rebelde en dicha parte de Cuba.

Precisamente el 28 de octubre Camilo había visitado nuevamente a la ciudad de Camagüey para comprobar cómo se hallaba la situación. Desde allí salió hacia La Habana.

El 12 de noviembre al hacer referencia a la desaparición física de Camilo precisó Fidel que  “… cuando  nosotros nos vemos privados del compañero Camilo  Cienfuegos, nuestro consuelo es pensar que en el pueblo podemos encontrar a lo largo de la lucha compañeros como él, y ese es el motivo para sentir  nosotros una compensación, en medio de esa pérdida tan irreparable que ha significado él, tanto desde el punto de vista  afectivo para todos nosotros como desde el punto de vista revolucionario, como en todos los órdenes; pero nosotros seguimos adelante, seguimos adelante buscando hombres, con los que nos quedan, con los que surjan, y si nuevos compañeros tenemos que caer, con los que surjan seguimos esta lucha, porque lo que importa es la continuidad del pueblo, y lo que importa es la continuidad de las naciones; y en definitiva, los hombres tenemos que sacrificarnos para que los pueblos perduren.”

Lo expuesto por Fidel hace exactamente 65 años se hace realidad en la Cuba de hoy cuando ante las situaciones difíciles del pueblo surgen miles y miles de hombres y mujeres que están a la altura de Camilo, que con tesón sin perder la fe dan su contribución al país, arriesgan incluso sus vidas por proteger a semejantes suyos ante las afectaciones meteorológicas, comparten lo que puedan aportar para ayudar a los necesitados… en fin que Cuba pone de manifiesto la presencia simbólica de los que como Camilo Cienfuegos nacen, se desarrollan y sienten el orgullo de ser cubanos.

Si, ¡en el pueblo hay muchos Camilos! 

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