Como reflejo de las instalaciones que sirvieron en la época colonial para garantizar la defensa de la ciudad de La Habana frente a los ataques de corsarios y piratas se encuentra el antiguo Torreón de San Lázaro, también antaño conocido como el torreón de La Caleta. Se trata de una construcción militar de pequeñas dimensiones, que consta solo de una sencilla torre de vigilancia, de forma cilíndrica y baja de altura. Con su edificación se pretendía dominar parte de las costas cercanas a la capital cubana y complementar el plan defensivo de la misma. La construcción de la citada torre se atribuye al ingeniero Marcos Lucio, por el año 1665, con el propósito de mantener una posta de vigilancia donde por la geografía del terreno no alcanzaba la vista desde las fortalezas de La Habana, situadas a la entrada de la bahía  habanera.

Con las obras del tramo del malecón habanero, llevadas a cabo en la segunda década del siglo veinte, la torre vigía quedó insertada en el inicialmente parque, actual Complejo Monumentario Antonio Maceo, en el que hoy se le localiza, formando parte de sus elementos decorativos.  En el lugar donde existe el mencionado complejo monumentario, antaño había una fortaleza militar colonial, la batería de la Reina y una entrada de mar, nombrada la vieja caleta de San Lázaro. Como figura central del complejo, allí puede apreciarse un majestuoso monumento dedicado al Mayor General  Antonio Maceo y Grajales, relevante  figura de la guerra  por la independencia de Cuba en el siglo 19.