En la capital cubana hay diversos monumentos significativos, pero hay uno que sobresale por hallarse situado, precisamente, frente a la bahía habanera. Se trata del monumento identificado como El Cristo de La Habana, obra de la escultora cubana Jilma Madera, ubicada en la zona de Casablanca. El Cristo de La Habana fue esculpido en Italia con mármol de Carrara y posteriormente resultó montado por piezas en Cuba. Esta obra la componen 67 piezas sujetadas por un armazón interior de acero y se calcula su peso en unas 320 toneladas. Cada una de las manos pesa una tonelada.

Al observar el Cristo de La Habana desde el otro lado de la bahía parece ser una estatua relativamente pequeña, pero cuando uno se sitúa frente a ella se puede percatar de sus dimensiones, ya  que mide 17 metros de altura más otros tres metros del pedestal donde se encuentra. Además el monumento se localiza en una elevación.Atendiendo a todo ello el Cristo de La Habana casi se halla a unos 80 metros sobre el nivel del mar. La estatua está orientada hacia la parte oeste de la ciudad. El Cristo aparece de pie, mirando hacía la bahía, con una mano en el pecho y la otra levantada en actitud de bendecir. Hay quienes lo identifican como el Cristo de Casablanca, pero en realidad suele ser realmente conocido como el Cristo de la Habana. Su inauguración ocurrió exactamente el 24 de diciembre de 1958.