Fue una carismática y lúcida mujer que sobresalió como  oradora capaz de apasionar a cualquier auditorio. Su nacimiento ocurrió en  Mérida el 5 de septiembre de 1906 y desde muy joven residió en Cuba. Desde la etapa de su juventud  se relacionó con distintas organizaciones obreras y sociales de nuestro país. También de manera autodidacta se hizo periodista y dominó varios idiomas. En la segunda mitad de los años de la década del treinta en el siglo pasado,  se destacó por su militante acción pública en defensa de la agredida República Española.

Debido a ello y sobre todo por su vibrante palabra  e infatigable combate fue catalogada con el sobrenombre de "La Pasionaria Cubana". Posterior a la victoria revolucionaria en enero de 1959 en Cuba, Elena Gil se entregó de lleno a captar y a preparar a múltiples mujeres para que participaran de modo activo en el desarrollo de diversas tareas y en la defensa de la Revolución.

Elena Gil Izquierdo desde el año 1960, al crearse en nuestro país la Federación de Mujeres Cubanas fue elegida miembro del Buró y el Secretariado Nacional de dicha organización. Atendió de modo especial el Plan de Superación de la Mujer, mediante el cual miles trabajadoras domésticas, campesinas y humildes mujeres de todo el país adquirieron una profesión y pudieron ocupar un lugar digno dentro de la sociedad cubana.

También dirigió además los Planes Especiales de Educación que se concibieron para la superación de las campesinas, así como la preparación emergente de maestros con el Plan Makarenko y el plan de becas que concedió el Gobierno Revolucionario después que concluyera en forma exitosa la gran Campaña de Alfabetización realizada en Cuba en 1961. Entre los múltiples aportes que hiciera Elena Gil a la enseñanza en el país están la concepción y puesta en práctica de la labor educativa basada en métodos colectivos de enseñanza y en los más altos valores de responsabilidad revolucionaria, social, laboral, ante la vida, a partir del principio martiano de estudio-trabajo.

Particularmente ella trabajó  en la formación de educadores con un firme sentido de lo imperioso de su superación constante, así como mantener cualidades morales y revolucionarias y, sobre todo, el ejemplo personal. Elena Gil igualmente dirigió a través de varios años el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.  En 1982 se jubiló al presentar serios problemas de salud. Para rendirle tributo permanente en Cuba, después de su fallecimiento el Centro Félix Varela ha convocado un certamen iberoamericano de ética  que concede el premio que se identifica, precisamente, como Elena Gil. Falleció en La Habana el 26 de abril de 1985.