Gustavo Sánchez Galarraga fue un notable poeta y dramaturgo. Se ha considerado que su obra poética, de extraordinaria delicadeza musical, se caracteriza también por sus dosificadas concesiones al sentimentalismo. Su nacimiento  tuvo lugar en La Habana el 2 de febrero de 1892. Como su familia contaba con una buena posición económica con el decursar de su existencia él pudo dedicarse a escribir sin dificultad.

Escribió poemas, obras de teatro, diversos trabajos periodísticos así como libretos de sainetes y zarzuelas. En 1912 se estrenó en el Payret su comedia «La verdad de la vida». La mayor parte de su teatro dramático se publicó entre 1918 y 1929 en nueve tomos. En tal colección se encuentran, entre otras, «La máscara de anoche», «La vida falsa», «Dos de Mayo» y «Soy inocente», interpretadas en distintos teatros habaneros por prestigiosos actores y actrices españoles.

Los asuntos de esas obras así como sus  personajes y radio de acción transcurrirían en Europa, principalmente en España. Esto se debió, según señaló, a que fueron hechas para elencos españoles, pues en esos tiempos en Cuba no existían compañías dramáticas profesionales con la capacidad de encarar un repertorio cubano.
Ya desde la segunda mitad de la década de los años veinte del pasado siglo, empezó a escribir sainetes en colaboración con el compositor cubano Jorge Anckermann, los cuales llegaron a ser títulos de éxito en el teatro Alhambra.  Varias de sus obras teatrales se representaron  igualmente  en el extranjero.

Sánchez Galarraga publicó más de veinte títulos de poesía, muchos de los cuales fueron prologados por destacadas personalidades cubanas, aunque esos poemas serían juzgados severamente por colegas y críticos de su generación. En una etapa de su existencia él patentizó su apoyo a las víctimas de la desigualdad social. Dictó conferencias y leyó sus poemas en los locales de sindicatos obreros, incluso escribió versos contra la tiranía de Gerardo Machado, y además  financió temporadas teatrales, se codeó con la farándula pobre y mantuvo reservada largos años una mesa en el restaurante Mar y Tierra, situado en Belascoaín y Lagunas, en Centro Habana, para los intelectuales que no tuvieran donde comer. Galarraga mantuvo una gran amistad con Ernesto Lecuona. Ambos se interrelacionaron en la labor creativa. Él concibió la letra de varias obras musicales del notable pianista y compositor. Gustavo Sánchez Galarraga falleció en La Habana el 4 de noviembre de 1934.