“A los jóvenes me dirijo especialmente en este instante. A ellos ha consagrado la Revolución el máximo de su esfuerzo y en ellos ha puesto sus mayores esperanzas”. La frase la pronunció el líder de la Revolución en Santiago de Cuba donde no nos asombramos de nada. La juventud para Fidel "es como el termómetro que señala hacia la justicia, como la brújula que dice dónde está la justicia".

Es el Día Mundial de la Juventud, nuestros hacedores de historia, continuadores de la obra que se inició en la guerra mambisa de 1968, continúan el bregar de tantos hombres y mujeres, jóvenes, que han construido la Revolución en una guerra necesaria y proactiva, que nos define hoy bajo la premisa de ser su eterna continuidad.

...somos partidarios de que a la juventud se le eduque bien, se le enseñe bien, se le organice bien, se le capacite bien, se le forje bien"...

Y en un memorable discurso, el 7 de enero de 1971, cuando se inauguraba una secundaria básica en Ceiba del Agua, se refirió a la firmeza de los jóvenes en la defensa y desarrollo de nuestra sociedad:

 Esperamos jóvenes de voluntad, jóvenes de carácter, jóvenes de espíritu recio, que no se desalienten ante ninguna dificultad, que no retrocedan ante ningún obstáculo.”

Para el gigante de Birán la confianza en la juventud es parte de su ideal para la construcción de la obra que lo inmortaliza para siempre, es ese el espíritu que lo hace confiar en la joven Generación del Centenario para asaltar la esperanza aquel glorioso 26 de Julio de 1953, es la tropa que le acompaña a fundar el Partido Comunista de Cuba y su Comité Central, es la fuerza que lo inspira para crear "la nueva escuela", los hospitales, los contingentes de constructores, impulsar el turismo, la voluntad hidráulica, los polos científicos.

Fue la juventud la que rodeó a Fidel para concebir sueños realizables cuando la Patria lo necesitaba, de sus largas reuniones se forjaron grandes realizaciones sociales, como el impulso al desarrollo de los instructores de arte, los maestros integrales, los trabajadores sociales. Su comandancia enriqueció el espíritu de muchos cubanos que regaron una obra que ya germina con más de seis décadas en el alma de la Patria.

Y la juventud siempre estuvo y está con Fidel. Cuando él se entregaba a los niños, a los jóvenes, su corazón parecía latir diferente y su mente viajaba en el tiempo hacia un futuro luminoso de soberana paz... Así lo confirman sus palabras del discurso que pronunciara el 21 de abril de 1959, en su primer viaje a Estados Unidos, en la ciudad de Nueva Jersey:

…cada vez que tengo un tiempo de reunirme con los jóvenes siento una especial emoción, porque sé que las naciones y los grandes ideales pueden esperar mucho de los jóvenes".

Confianza y credibilidad confirman ese espíritu indomable que le acompañó siempre, pero tan cargado de amor por las nuevas generaciones, a las que denominó martianamente hablando "los Pinos Nuevos". Más, la mejor definición de ese vínculo de infinita vigencia la profetizó el 4 de abril de 1972 en la clausura del II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (Ujotace) cuando aseguró premonitoriamente:

¡Y este país cree en los jóvenes!  ¡Esta Revolución cree en los jóvenes, en sus magníficas calidades, en sus grandes perspectivas! "

¡Gracias Fidel!, por todo y por tanto, por confiar y creer en el futuro, en tu pasado, en tu presente. Gracias por el Legado. Como el viento #FidelPorSiempre germina día a día en las laboriosas manos consagradas de los jóvenes de la Patria. ¡Gracias Fidel!

Por María Salomé Campanioni y Víctor Pérez-Galdós