MEJILLÓN VERDE
El mejillón verde o Perna viridis es una especie alóctona, oriunda del Indo Pacífico que llega a nuestro país hace más de una década. Desde el año 2005 se dan los primeros reportes de la existencia del mejillón verde en la Bahía de Cienfuegos, cuando el Centro de Estudios Ambientales descubrió su presencia, en especial en áreas de los canales de enfriamiento de la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes. Para esas fechas las densidades eran de 20 000 ejemplares por metro cuadrado, muy alta, sobre todo en las áreas cercanas a la termoeléctrica. 10 años más tarde, ya se tenía reportes de la presencia de esta especie en las Bahías de Santiago de Cuba y del Mariel, aunque las densidades son inferiores a las encontradas en Cienfuegos.
Se sabe que las poblaciones halladas en las provincias son genéticamente iguales a las existentes en Martinica, Santa Lucía y otras islas del Caribe, donde fueron introducidos con fines comerciales desde los océanos Índico y Pacifico. Por lo que suponen la entrada de los primeros ejemplares en las aguas de lastre de los petroleros llegados a la refinería Camilo Cienfuegos.
El principal daño de este molusco invasor es la obstrucción al formar colonias y provocar desplazamientos de otras especies. En el caso del mejillón verde, al proliferar mucho en los canales de enfriamiento de las termoeléctricas y algunas otras industrias localizadas en las márgenes de las bahías, ocasiona pérdidas económicas. Provocan afectación directa a la generación de energía como consecuencia de la disminución de los flujos de agua de enfriamiento a causa del bloqueo de los sistemas de enfriamiento. Además estas colonias producen daño a las estructuras sumergidas y porque estos centros tienen que detener su funcionamiento periódicamente para realizar la limpieza y mantenimiento.
Evidentemente la alternativa más eficiente para reducir el impacto de esta especie invasora en nuestro territorio es la extracción. El protocolo para la erradicación comienza con ubicar los ejemplares, recogerlos e incinerarlos. La extracción manual es el mecanismo recomendado para el control de la especie por ser amigable con el medio ambiente, ya que no se utilizan sustancias químicas ni pinturas desincrustantes altamente tóxicas para el medio marino. Hay que tener en cuenta la ecología de la especie para hacer de la remoción un proceso efectivo, así es mejor realizar estas acciones en los meses de abril y mayo, cuando aún no ocurre la reproducción de esta especie.
En un principio se consideró el uso y comercialización de los ejemplares colectados como alimento, por su alto valor nutritivo. Sin embargo, el carácter filtrador de estos organismos acuáticos, los hace presentar altos niveles de tóxicos y microorganismos dañinos a la salud humana. En estos mejillones se ha detectado concentraciones elevadas de arsénico, mercurio e hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden tener efectos cancerígenos. Estas circunstancias han provocado el veto de las autoridades sanitarias, por constituir un riesgo para la salud humana. Por otra parte, se conoce que la especie tiene principios activos que pueden ser utilizados en medicamentos y suplementos vitamínicos, por lo que se puede evaluar uso biotecnológico. Se sabe que el extracto del mejillón tiene propiedades antinflamatorias y se emplea en el tratamiento de la artritis.
Hasta la fecha, se han realizado prospecciones en busca de mejillones en la Bahía de La Habana y en Matanzas; y por suerte no se reporta la presencia de esta especie invasora. Sin embargo, debe mantenerse la vigilancia periódica, pues las invasiones son procesos en expansión constante. Son varias las instituciones e investigadores involucrados en este proceso y destacan: Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos, Centro de Investigaciones Pesqueras, Acuario Nacional de Cuba, Instituto de Oceanología, Delegaciones territoriales del CITMA y entidades del MINSAP.
Creado por MCs: Olaida Cañizares Peña