Trabajadores de la Oficina del Historiador: "En 26, vivos y leales a Leal" (+Fotos)
Tantos sonidos de herramientas de trabajo que confluyen en el aire, que en una primera escucha no se distinguen bien. Aguzo el oído: sierra, martillo, pala, mezcladora de cemento…Esto huele a construcción. Aquí es la cosa, aquí es donde trabajadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana trabajan para mejorar las condiciones del comedor del Sistema de Atención a la Familia ubicado en el barrio habanero de San Isidro.
Humberto García Hernández es uno de los 80 hombres, que trabajan de forma voluntaria en esta obra social que beneficiará a 120 personas con discapacidades a las que atiende el SAF. Quien detalla en él mientras labora en la cementación de las losas del piso, percata que lo hace a gusto. Hasta un gesto de beneplácito el joven regala al fotorreportero que le toma una foto.
“Lo hice porque me lo pidió la Revolución y hay que hacerlo. Qué vamos a estar esperando. Hay que hacerlo y se hace. Y vamos a poner el piso y vamos a terminar en tiempo y forma to' . Los días son largo, son duros, tenemos que trabajar hasta tarde porque tenemos que cumplir con lo de nosotros también, pero lo que hay que hacer es trabajar, trabajar y trabajar. Aquí to' el mundo está unido y estamos trabajando hasta donde podamos, porque a veces nos cansamos, no somos máquinas, pero estamos presentes para terminar lo que tenemos que hacer”, explicó el joven.
Explicó José Mario Ramírez Díaz, otro joven de la Oficina del Historiador y jefe del Departamento “San Isidro” que en los próximos días, las personas con necesidades de atención social que reciben la alimentación a través de este SAF, disfrutarán no solo de un local con mejores condiciones constructivas, sino de ofertas culturales.
“Esto es continuidad del proyecto de la Oficina del Historiador y forma parte del legado de Eusebio. A finales del mes de mayo comenzamos con las demoliciones y a medida que nos fuimos encontrando con la situación real del edificio, en muy malas condiciones, hicimos los proyectos, buscamos los materiales que necesitábamos (tarea bien difícil en estos tiempos) y convocamos a los trabajadores a este gran trabajo voluntario. En un primer momento se incorporaron 30 y ya tenemos 80.
Ha sido prácticamente una obra que hemos tenido que empezar de cero. Ninguna de las paredes divisorias existían, tuvimos que hacerlas todas, tuvimos que levantar el piso completo, demoler prácticamente el 50 porciento de la estructura y rehacerla en condiciones de carencias de materiales y de todo tipo. Pero bueno, asumimos el reto y la idea es terminarla con la calidad que caracterizan a nuestras obras.
En este caso, de corte social, un comedor destinado a la alimentación de personas necesitadas y que además funcionará como restaurant-cultural, que lo apadrinaremos. Por ejemplo, estarán almorzando y a su vez recibiendo una conferencia o podrán apreciar una pieza museable... Incluso, de cierta manera también velaremos por la oferta gastronómica del lugar”.
A pesar de los meses de pandemia y la imposibilidad de abrir sus puertas al público, el equipo de trabajo del Castillo de la Real Fuerza, continuó trabajando en la restauración del Museo, el cual hoy inauguró cinco salas de exhibición de su planta baja, las que atesoran valiosísimas obras como: la nueva maqueta de la Fortaleza, el modelo del navío “Santísima Trinidad” y varios astrolabios del siglo XVI.
Antonio Quevedo Herrero, director de los Museos Arqueológicos de la Oficina del Historiador, explicó que se trata de una renovación de la museografía del nivel bajo del Castillo, inaugurado el 8 de junio del 2008.
“Esto es un concepto que ya habíamos iniciado en la planta alta para los 500 años de La Habana, donde se abrieron las salas almacén visitable y de modelismo naval. Este año se pudo retomar el proyecto y ahora es la primera parte de este gran proyecto de renovación del Museo, y son las cinco primeras salas que se terminaron en este año. El miércoles continúan las labores de toda la planta baja del Castillo.
Estamos aprovechando también para incluir algunas piezas nuevas que adquirimos posterior al 2008 como: la última modelación del navío de la Santísima Trinidad encargada por Eusebio Leal a los hermanos Bouza; piezas subacuáticas; la maqueta en vitrina de la Real Fuerza (lo que llamamos el Castillo dentro del Castillo); piezas de un barco (bitácora, timón y un telégrafo) vinculadas al desembarco por Playitas de Cajobabo y tres astrolabios de los 65 que existen en el mundo, del siglo XVI y XVII.
Algo importante, es que dimos la bienvenida a los códigos QR que conectan con la página de facebook de Museos Arqueológicos de La Habana, a través de los datos móviles. El 24 de junio cuando creamos estas páginas, tuve mis dudas, dije: la gente no va a gastar los datos en esto. Y es impresionante cómo la gente se interesa por la cultura (…) Hemos estado cerrados al público por la pandemia, pero seguimos vivos.
El Palacio del Marqués de Arcos se suma a las instalaciones que muestran vida, en medio de un contexto atípico impuesto por el coronavirus. Tras aproximadamente diez años de investigaciones de sus especialistas y otros colaboradores, este 24 de julio, quedó inaugurada la sala de la fotografía cubana y otra de la fotografía extranjera, en las que a través de nuevos códigos museográficos contarán al público la historia de este arte.
“Estamos inaugurando solo una parte de un gran todo porque seguimos el ciclo de montajes y la secuencia histórica de procesos que se desarrollaron en La Habana. El entorno de la Catedral es maravilloso, y Leal lo diseñó así: el primer palacio, el Museo de Arte Colonial, en el que se expone todo lo relacionado con el siglo XVIII. Y ahora aquí, en el del Marqués de Arcos exhibimos el desarrollo e invento de la fotografía, que ocurrió en el XIX. Y así seguiremos completando. Realmente estamos siguiendo la línea de museografía, la línea de recorrido que tanto soñó el Historiador.
La propuesta museológica que estamos inaugurando hoy propone rescatar los pasajes más importantes de esta historia que comenzó con la cámara oscura hasta llegar a la actualidad, con el propósito de exponer el desarrollo y evolución de la industria fotográfica en Cuba y el mundo.
Las piezas del museo provienen de los fondos de la Fototeca Histórica de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana, la cual atesora más de 180 000 imágenes que abarcan todas las tipologías fotográficas y muchos de los dispositivos utilizados para su obtención”, explicó la directora de dicha institución cultural, Aliana Martínez Rodríguez.
"A pesar de la pandemia y de las carencias económicas, la vida sigue, estamos en 26, seguimos vivos y leales a Leal", aseguran los trabajadores de la Oficina del Historiador.
“Nosotros tenemos un propósito y es no detenernos, ante pandemia, ante ciclones, ante falta de recursos. Leal nos enseñó que cuando no tenemos recursos, apelamos a los hombres. Hay una masa de hombres y mujeres en la Oficina que están dispuestos a trabajar en cualquier circunstancias. Es algo increíble, se disgustan incluso. ‘ Pero yo quisiera también, dame una obra para yo poder aportar lo mío’. Y es por la patria, porque no cobran por ello. Nosotros ponemos los recursos, pero recursos nobles, de las cosas que guardamos. Porque que nadie diga que no sobra nada en una inversión. Y eso es lo que vamos guardando para poder aportar luego.
Un año duro sin Leal. Realmente no hemos descansado un día. Es algo que nos impulsa. Yo digo que no tenemos derecho a descansar. Nos dejó mucho por hacer. Tenemos trabajo para nosotros, para nuestros hijos, para los jóvenes que estamos formando y para los que vienen atrás. No solo nos dejó tareas y trabajos encaminados, sino que nos dejó también financiamiento.
Tenemos créditos otorgados para trabajar en viviendas, que es algo que él nos dijo: ‘Vivienda, vivienda, vivienda’. En estos momentos tenemos 360 viviendas para pobladores de la Habana Vieja, en tránsito, con el financiamiento del crédito (que gestionó él personalmente), con materiales en almacenes, -desgraciadamente con falta de cemento y acero que no nos dejó terminar lo que nos planificamos-, pero terminaremos algo y entregaremos llaves a algunos vecinos de la Habana Vieja”, aseguró Perla Rosales, directora adjunta de la Oficina del Historiador"