Instituciones cubanas contribuyen a soberanía tecnológica en enfrentamiento a la COVID-19
Varias instituciones cubanas contribuyen con tecnologías médicas, equipos y productos para la soberanía en el enfrentamiento de la COVID-19, ratificaron sus directivos en el programa informativo Mesa Redonda.
En ese sentido, el doctor José Luis Fernández Yero, asesor del presidente del Grupo Empresarial BioCubaFarma, explicó que la búsqueda de esta independencia se manifiesta desde la toma de muestras del virus hasta su procesamiento.
Resaltó que, debido a las limitaciones impuestas por el bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos hacia la nación, y las mejores condiciones de países ricos para la obtención de esos productos, fue necesario contar con una producción nacional que respaldara las necesidades de Cuba.
Como resultado, hasta mediados de marzo se fabricaron unos 16 mil 950 hisopos por día laborable (para la realización del exudado nasofaríngeo), a través de un método semi manual en la planta de producción de insumos médicos del Centro de Neurociencias (Cneuro).
Próxima a su inauguración, esa entidad cuenta con una línea de fabricación automática de tales materiales, ya en fase final para su puesta en marcha y, además, se encuentra en terminación una fábrica destinada a la producción exclusiva de mascarillas quirúrgicas.
Otro de los importantes procesos en la detección del virus es la transportación de la muestra en un medio especial, que ha sido objeto de desarrollo por el Centro de Biopreparados (Biocen); el cual entregó en abril de 2020 al Ministerio de Salud Pública el medio de transporte BTV.
Más de un millón 500 mil unidades se han producido, mientras se preparan con vistas a obtener unas 50 mil diarias; y trabajan en un nuevo medio de transporte que inactiva el virus, de forma tal que llegue al laboratorio útil para el diagnóstico, pero con significativa reducción del riesgo biológico.
Los científicos cubanos también laboran en la extracción del ARN y ADN de las muestras en un equipo desarrollado por el Centro de Inmunoensayo (CIE), y en la producción de un PCR en tiempo real desde esa misma institución; y el Centro de Genética y Biotecnología, tiene autosuficiencia en la producción de iniciadores, sondas y enzimas para la realización de PCR.
El especialista se refirió a su vez al desarrollo del ensayo RT-PCR Sumasignal SARS-CoV-2 (gen E), que tendrá un costo aproximado inferior a los siete dólares; mientras que el valor de una prueba importada es de 40.
Agregó que, como propósito de la industria nacional, destaca el montaje de una línea completa de fabricación de kits plásticos y otros insumos.
Todas las instituciones de BioCubaFarma participan en la búsqueda de soberanía tecnológica, acotó el asesor del presidente de ese grupo empresarial; entre ellas el CIE, con más de dos mil equipos instalados en el territorio nacional, 169 laboratorios municipales y 395 en el exterior, que han estudiado más de 200 millones de personas, de los cuales 48 millones son niños.
Por otro lado, el aporte de Cneuro también ha resultado decisivo ante el posible colapso de las unidades de cuidados intensivos para atender la COVID-19, pues sus profesionales asumieron la tarea de desarrollar ventiladores pulmonares propios.
Mitchell Valdés Sosa, director de esa institución, señaló que para ello fue preciso aprovechar el conocimiento acumulado, el apoyo de los jóvenes, el avance de la industria nacional en esa cuestión y el movimiento mundial de cooperación.
El primer proyecto constituyó el ventilador de emergencia invasivo Pcuvente, autorizado hasta la fecha para su uso en recuperación post operatoria; el cual se fabricó en menos de un año con la colaboración de varias instituciones, comentó el experto.
De ese modelo se han entregado 91 unidades y varios han sido instalados en hospitales de La Habana; asimismo, 30 más están casi listos, lo cual representa casi la mitad de los 250 comprometidos.
Comentó que ese prototipo atraviesa ahora su segundo proceso de prueba para utilizarlo en las unidades de cuidados intensivos, por lo cual se encuentra en ejecución un ensayo con una muestra mínima de 35 pacientes.
La segunda innovación de Cneuro para el enfrentamiento al nuevo coronavirus constituyó el ventilador de presión positiva continua en la vía aérea-CPAP (Ventipap), dirigido a enfermos menos graves y también con un plan de fabricación de 250 unidades.
El directivo mencionó un tercer modelo denominado Vigilvent, un tomógrafo de impedancia eléctrica torácico que permite visualizar de modo continuo la función pulmonar junto a la cama del contagiado, y evaluar al instante los efectos de cualquier maniobra terapéutica en la distribución de ventilación regional.
Valdés Sosa enfatizó en que los aportes de Cneuro contribuirán a perfeccionar y ampliar los servicios de terapia intensiva del país, porque muchas enfermedades crónicas de tipo respiratorio requieren esos equipamientos.
Hizo referencia también a los estudios del centro sobre los efectos del SARS-CoV-2 en el sistema nervioso y sus secuelas, que implican la repercusión de las condiciones de encierro debido a las necesarias medidas de aislamiento.
Arlem Lesmes Fernández, director de Combiomed, destacó los equipos médicos desarrollados por esta entidad, vitales en el monitoreo de los pacientes; y en el soporte de vida en todas las Unidades de Cuidados Intensivos de Cuba que atienden la COVID-19.
Explicó que al inicio de la pandemia los trabajadores se vieron inmersos en la reparación de 90 ventiladores pulmonares; de conjunto con otras empresas de los sectores biofarmacéuticos, la industria y educación, por la obsolescencia tecnológica de tales equipos en el sistema nacional de Salud.
Informó que en abril se iniciarán las pruebas del primer prototipo de ventilador pulmonar de altas prestaciones, un proceso que comenzó hace un año; y es el equipo más complejo que ha diseñado Combiomed hasta el momento, dirigido a pacientes adultos y críticos.
A mediano plazo, la entidad planifica diversificar sus líneas de trabajo con dos líneas de jeringuillas y otra de fabricación de utensilios plásticos para las pruebas de biología molecular; mientras a corto plazo desarrolla una máquina cubana de anestesia, con vistas a sustituir importaciones.
El directivo afirmó que durante el enfrentamiento al nuevo coronavirus se les ha dado mantenimiento y reparación a cerca de 16 mil equipos de soporte vital y de apoyo al diagnóstico.
Por otra parte, declaró que han cooperado con más de tres mil 800 equipos en centros de aislamiento, unidades de atención primaria de salud, y ahora en los ensayos y estudios de los candidatos vacunales cubanos.
Otras instancias producen y desarrollan equipos médicos, entre ellos, el Ministerio de Industria, la Unión de Industrias Militares, así como universidades y centros de investigación.
Fuente: Radio Metropolitana con información de ACN