A  una  cuadra  del  Paseo de  Isabel  Segunda,  hoy  avenida del Paseo  del  Prado, fue   inaugurado en 1890  el  Teatro ´´Alhambra´´ que llegó a alcanzar una gran notoriedad en La Habana sobre todo en las décadas iniciales del siglo veinte.

En  el  amplio  caserón  de  una  planta,  situado en  la  esquina  que  forman  las  calles  Consulado  y  Virtudes,  en  La  Habana  extramuros, existía un  taller  de  herrería  propiedad  del  catalán  José  Ross.

A  propuesta  de  su  paisano Narciso  López,  aficionado  a  las  artes  escénicas  y  promotor  ocasional  de  espectáculos,  Ross  decide crear   un  pequeño  teatro, de  los  llamados ´´ de  verano ¨ ,  muy  en  boga  en   Madrid  en esa época.

El  13  de  septiembre  de 1 890,  con  la  presentación  de  las  obras líricas ´´La  Mascota ´´ y ´´ Marina ¨ ,  abre  sus  puertas  el  ´´ Alhambra ¨  

No  obstante,  el   flamante   coliseo  tuvo  entonces   poca aceptación del  público,  que   prefería  continuar  asistiendo  a  las  funciones  del  teatro    ´´Albizu´´,  con  un  bien  ganado prestigio  en  la  presentación  de  zarzuelas  españolas  y  obras   del llamado  género  chico.

Ante  tal  competencia, Narciso López decidió cambiar la fisonomía de los espectáculos   del   Alhambra que,  a  partir  del  21 de  febrero  de  1891, inició  una  temporada  caracterizada  por  la  puesta  en  escena  de  piezas  de  sabor  criollo  salpicadas  de  escenas  picarescas. 

La  iniciativa  tampoco  dio  resultado,  pues  el  público  español 

-sector de  mayor solvencia  económica  en  La  Habana  de  finales  del  siglo  19-  rechazó  las   alusiones  irónicas  o   burlonas  a  la  ´´ Madre  Patria ¨ .  

Diversos   factores,  entre  los  que  también  influyó el  estallido  de  la  contienda  independentista  de  1895,  determinaron  el  fin  de  aquella  primera temporada  de  teatro  vernáculo en Cuba.   

Pero años después  la temporada teatral más larga en nuestro territorio  tuvo por sede el teatro Alhambra.

Ésta se llevó a cabo a partir del 10 de noviembre de 1900 cuando  dicho teatro fue alquilado por el libretista Federico Villoch, el escenógrafo Miguel Arias y el actor José López Falco (Pirolo) y concluyó el 18 de febrero de 1935 cuando se derrumbó el techo del pórtico y parte de la platea del teatro. 

En el Alhambra se gestó y perduró  durante tres décadas y media el género alhambresco que reflejó en las tablas los tipos y costumbres de la sociedad cubana de entonces.  

En las obras que se pusieron en escena se evidenciaron los turbios  manejos de los gobernantes cubanos, el acontecer mundial y también se representaron parodias de conocidas piezas teatrales.

Más de dos mil obras se presentaron en el “Alhambra”, teatro que estuvo destinado para hombres solamente.

Acerca de las obras presentadas en este teatro  existe en Cuba una película titulada precisamente La bella del Alhambra, dirigida por Enrique Pineda Barnet.

La película fue estrenada el 28 de diciembre de 1989 en La Habana. Está basada en la novela Canción de Rachel del escritor cubano Miguel Barnet y reconstruye la atmósfera y la vida artística de La Habana en el período de 1920 a 1935.