Fallecido el 6 de agosto del 2005 en La Habana  Ibrahím Ferrer fue un notable cantante cubano que alcanzó gran fama internacional de manera esencial en los últimos años de su existencia cuando formó parte del Buena Vista Social Club, agrupación que obtuvo un premio Granmy en el año 1998.

Seis años después él conquistó un segundo Grammy con el disco Buenos Hermanos.

Ibrahim Ferrer había nacido el 27 de febrero de 1927 en El Cristo, un poblado que se localiza cerca de Santiago de Cuba.

Desde la etapa de su niñez tuvo que limpiar zapatos, vender golosinas y hacer otros trabajos para sobrevivir.

Muy joven se sintió motivado por la música. Fue así como transitó por varias agrupaciones hasta que integró la Orquesta de Chepín-Choven, con la cual estrenó la emblemática creación musical titulada El platanal de Bartolo.

A finales de los años de la década del 50 Pascasio Alonso Fajardo, un ex maestro normalista que pasaría a la historia de la música cubana como Pacho Alonso, deseaba formar una banda y le solicitó a Ferrer que se incorporara a su agrupación.

Aunque Ibrahím siempre anheló ser bolerista en esta etapa por sus condiciones como sonero fundamentalmente siempre interpretó este género y también solía formar parte de los coros cuando se ofrecía una creación más movida.

Ibrahím Ferrer en la etapa de su vejez  alcanzó gran notoriedad a nivel internacional.

Él ya se hallaba jubilado cuando llegó a su casa Juan de Marcos González, quién se hallaba en busca de músicos é intérpretes veteranos para formar el proyecto Buena Vista Social Club, atendiendo a los empeños de un empresario extranjero.

Al principio Ibrahím se negó  a aceptar la propuesta que le hacían, pero después logró ser convencido y se entusiasmó cuando llegó a los estudios de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM, y allí se encontró con viejos amigos y con otros músicos que admiraba.

Buena Vista Social Club fue un éxito rotundo. Y los participantes en este proyecto, entre ellos Ibrahím Ferrer, se convirtieron en una especie de leyendas de la noche a la mañana .

Y él con casi 80 años empezó a interpretar esencialmente boleros como siempre deseó hacer desde joven.

En su voz se inmortalizaron creaciones musicales de gran trascendencia como la de Isolina Carrillo, titulada Dos Gardenias.