de mi Habana

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publicado el 21/01/2021

HUBERT DE BLANCK

Hubert de Black fue un prestigioso músico holandés que desde muy joven visitó y residió en Cuba. Su fallecimiento se produjo el 28 de noviembre de 1932 en La Habana.

Él nació en la zona de Utrecht, Holanda, el 14 de junio de 1856. Su nombre verdadero era Hubertus Christian de Blanck Valet. 

Recibió las primeras lecciones de música de su padre, el violinista Wilhelm de Blanck. A los nueve años ingresó en el Conservatorio de Lieja, Bélgica, donde estudió piano así como solfeo y teoría. 

Cuando tenía 13 años obtuvo un importante premio de piano y, siendo aún adolescente, ofreció recitales en el Palacio Real de Bruselas.

Entonces el rey belga le otorgó una beca para perfeccionar su arte y cursó estudios de música  en el Conservatorio de Lieja, en dicho país.

Después logró realizar varias giras por distintos países de Europa y América.  

En  1882 viajó a Cuba por primera vez cuando contaba 26 años. Llegó acompañado de su esposa, la cubana Ana García Menocal. Se presentó en los salones del Centro Gallego de La Habana.

Al año siguiente viajó nuevamente a La Habana y decidió radicarse  definitivamente en esta ciudad.  

El primero de octubre de 1885 Hubert de Blanck inauguró, en la casa marcada con el número 100 en el habanero Paseo del Prado, un conservatorio de música, el primero de su clase en el país.

Con el tiempo, el centro cambió de domicilio en varias ocasiones. En su Conservatorio inauguró la Sala Espadero, considerada por muchos años como uno de los escenarios de conciertos más importantes de Cuba.

Además de su labor como músico y en el campo de la docencia, también se mostró partidario de la lucha por la independencia de Cuba. 

Incluso él contribuyó autísticamente en las fiestas de carácter patriótico que se efectuaron para recolectar fondos para el desarrollo de la causa cubana.

Creó la ópera Patria, la que se considera como la primera obra de su tipo inspirada en la lucha de los cubanos por la liberación de su tierra natal del dominio colonial español.

Precisamente por sus ideas y ayuda a la causa de los cubanos resultó deportado y se vio obligado a residir en Nueva York, donde también colaboró con otros patriotas cubanos interesados en reanudar la lucha por la independencia.

Tras la conclusión de la guerra independentista, en 1898, regresó a Cuba y siguió dando su contribución al desarrollo de la música y la cultura en general.

Hubert de Blanck en 1903 adoptó oficialmente la ciudadanía cubana.

Él  tuvo una vida relativamente larga y fecunda.

Recibió varios reconocimientos honoríficos por parte de prestigiosas instituciones cubanas

Quince años después de su fallecimiento sus familiares inauguraron un nuevo edificio para el Conservatorio en una edificación de la zona del Vedado, en La Habana, donde actualmente radica la sala de teatro que lleva el nombre del músico holandés.

Allí depositaron un busto erigido en su honor del escultor cubano Juan José Sicre.

 

 

 

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