Líder habanero: Carlos Alberto Tabares Padilla, el “Lince Girladillo”
Arisdalia Gómez Manzo
Comunicación Social/4to año
Líder habanero: Carlos Alberto Tabares Padilla, el “Lince Girladillo”
Ser un líder conlleva muchas responsabilidades y la mayoría de las veces no nos damos cuenta de la dimensión de ellas.
Los grupos de personas pueden variar en cuanto a cantidad de miembros, por lo que puedes encontrarte un grupo de 2 personas u otro grupo que tenga 100, por ejemplo. Estos factores complejizan las dinámicas del líder dentro del entorno grupal.
No obstante, un líder siempre deber tener la capacidad de guiar a sus miembros hacia el cumplimiento de los objetivos y velar por la satisfacción grupal. Todo ello en dependencia del ambiente en el cuál se desenvuelva y los fines con los que fue creado dicho grupo de personas.
Las áreas de actuación de los líderes son infinitas, así como el número de situaciones en los que estos deban desenvolverse. No es lo mismo ser líder de un grupo de Diseño de Interiores a ser líder de un equipo de béisbol. Las situaciones, así como la personalidad de los miembros y el objetivo de ellos son totalmente diferentes.
El béisbol es el deporte nacional de Cuba y como tal tiene seguidores y detractores, pero cada cubano tiene su equipo favorito y su equipo enemigo.
Si tuviera que escoger un líder habanero, sin duda alguna, sería Carlos Alberto Tabares Padilla o Tabares, como es mayormente conocido.
El béisbol es la mayor de las pasiones en nuestro país por lo que para nadie es un secreto de la calidad deportiva de Tabares. Pero dejando a un lado las características deportivas de este atleta, Carlos Tabares es y seguirá siendo uno de los líderes indiscutibles de los Industriales de La Habana.
Por muchos años fue el capitán de este equipo. Aunque esto suponía un liderazgo inmediato; él sabía cómo combinar las características de un líder formal y de un líder informal. Hablaba desde el sentido de pertenencia al grupo y era seguido por todos los integrantes del equipo.
Su “discurso” se basaba fundamentalmente en el aliento a sus jugadores para alcanzar la meta del equipo y por mantener en alto el nombre los “Leones de la capital”. Tabares no solo fue o es un líder habanero, es líder en otros lugares donde se ganó el respeto y el cariño de otras personas que lo consideran su “rival”.
Su capacidad de liderazgo se veía hasta en el terreno, donde dirigía a su equipo desde lo más profundo del campo de pelota. Todo este nivel de liderazgo le fue más que suficiente para acuñar a su nombre la frase de “dejar la piel en el terreno” a raíz de una entrevista que le concedió a la periodista Julia Osendi. De ahí en adelante esa frase recorrió toda Cuba hasta nuestros días. Solo un líder es capaz de realizar esa hazaña.
Se retiró del béisbol activo en enero de 2018 y fue capaz de repletar el Estadio Latinoamericano con más de 55 mil personas que asistieron a la ceremonia de despido deportivo. Estos son números grandes cuando se trata del equipo de béisbol referencia de nuestro país. En ese momento Tabares se dio cuenta que no era solamente el líder del equipo Industriales, sino el líder de miles de cubanos que siguieron sus 25 años de carrera deportiva.
Luego de retirado del béisbol activo, Tabares se ganó un puesto como uno de los entrenadores del equipo y fue coach de tercer base. La máxima dirección del equipo aun reconocía sus capacidades de liderazgo para asignarle esa tarea.
No cabe la menor duda de que este pelotero es un líder indiscutible de nuestro béisbol y de la capital cubana. No por gusto es nombrado el “Lince Giraldillo”; creo que eso lo resume todo.