Visita La Habana el Príncipe inglés Guillermo de Lancaster, hijo de Jorge III. En abril de ese año la escuadra inglesa mandada por el almirante Samuel Hood, destacada en Jamaica, recibió órdenes de dirigirse a Inglaterra. El príncipe Guillermo, hijo del entonces rey británico Jorge III, servía como guardiamarina en la nave almirante, el navío Barflour.

La escuadra se puso en movimiento en los primeros días de mayo y puso rumbo al cabo de San Antonio, en la porción occidental de Cuba a fin de bordearlo y pasar por el Estrecho de la Florida. Esa ruta llevó a las embarcaciones mandadas por el almirante Hood a pasar frente a La Habana. Al observar desde el mar a La Habana el príncipe Guillermo manifestó a Hood su deseo de conocer la ciudad, sobre la que tanto había oído hablar. El Almirante accedió a la solicitud del hijo del monarca y el Príncipe, en compañía de un selecto grupo de oficiales enfiló en la fragata Fortune hacia la boca de la bahía habanera., mientras, Hood permanecía con el resto de la escuadra a prudente distancia del litoral.

La inusitada visita sorprendió a las autoridades españolas de La Habana, quienes colmaron a los recién llegados de honores y agasajos.