FERNANDO ALONSO
Fernando Alonso constituye uno de los pilares de la Escuela Cubana de Ballet y del desarrollo de esa manifestación artística en nuestro país. Alcanzó un gran prestigio tanto en Cuba como a nivel internacional, por su labor como bailarín, coreógrafo y profesor.
Nació el 27 de diciembre de 1914 en el seno de una familia de La Habana muy vinculada a las actividades culturales.
Su madre, Laura Rayneri de Alonso fue incluso presidenta de la Sociedad Pro Arte Musical de La Habana durante 14 años.
Su carrera artística se inicia en 1935, asociada con la representación del ballet Coppelia realizada por los alumnos de la Escuela de ballet pro arte.
En esa presentación los papeles principales estuvieron a cargo de su hermano Alberto y de la adolescente Alicia Martínez del Hoyo, quién años más tarde sería identificada como Alicia Alonso.
Precisamente algún tiempo después, exactamente el 22 de junio de 1936, en el teatro Auditórium, hoy Amadeo Roldan se produjo el debut escénico de Fernando Alonso junto a Alicia interpretando Claro de luna de Beethoven, en una versión coreográfica de Nicolás Yavorsky.
Al año siguiente Fernando y Alicia contraen matrimonio en los Estados Unidos y allí él continúa los estudios de ballet hasta lograr en 1937 su salto al profesionalismo.
Formó parte entonces de importantes agrupaciones danzarias. No obstante que durante la década del cuarenta tanto Fernando como Alicia lograron alcanzar una sólida posición en el ballet estadounidense, él deseaba poder contribuir al desarrollo de la danza en su tierra natal.
Ya desde 1940 en que había interpretado el rol de Girom, en el estreno de Dioné, primer ballet clásico cubano, cada año había viajado a Cuba para participar en los festivales de la escuela de pro arte.
En 1948 sus deseos de sacar el ballet del marco reducido y exclusivista que se desenvolvía en Cuba se hace realidad al fundar, junto a Alicia y Alberto, el Ballet Alicia Alonso.
A partir de 1950 se dedica por entero a la formación de nuevas figuras en la Academia de ballet Alicia Alonso en la que pone en evidencia su extraordinario talento como pedagogo de la danza.
Por esa fecha comienza a desarrollar un serio trabajo de investigación pedagógica con vistas a elaborar un método de enseñanza propio, que asimilara todos los elementos que pudieran considerarse valiosos dentro de las escuelas existentes.
En 1959 tras producirse en Cuba el triunfo de la Revolución, comenzó de inmediato a trabajar en la reorganización de la compañía de ballet.
Además de asumir la dirección general del Ballet Nacional de Cuba, en 1961 participa en la creación de la Escuela Nacional de ballet de Cubanacán, la cual dirige hasta 1968.
Después fungió como asesor nacional de las escuelas de ballet.
Igualmente a partir de los años de la década del setenta Fernando Alonso brinda su contribución al desarrollo del Ballet de Camagüey.
Por su brillante labor en sentido general a Fernando Alonso se le confirió el Premio Nacional de Danza e igualmente se le otorgaron otras condecoraciones y reconocimientos significativos.
Fernando Alonso falleció en La Habana el 27 de julio del 2013.