JOAQUÍN LLAVERÍAS MARTÍNEZ
Joaquín Llaverías Martínez, escritor, investigador y archivero, dedicó 58 años de su vida a la conservación y difusión de la papelería conservada en el Archivo Nacional de Cuba. Fue director de esta institución y desarrolló una incansable labor en la formación de archiveros. Su fallecimiento se produjo en La Habana el 24 de noviembre de 1956.
Llaverías nació igualmente en la capital cubana el 27 de julio de 1875. A los veinte años era Bachiller en Artes y conocía el oficio de tipógrafo. Años después se incorporó a la guerra por la independencia de Cuba reiniciada el 24 de febrero de 1895. Ya en el mes de diciembre se le confirió el grado de Capitán del Ejército Libertador. Al terminar la guerra y con el gobierno interventor estadounidense en el poder, le ofrecen en 1899 una plaza de inferior categoría en el Archivo Nacional de Cuba. Desempeñó, además, otras importantes funciones al integrar tribunales de oposición de la Comisión del Servicio Civil. En 1902 él propuso la publicación por parte del Archivo Nacional de un Boletín, del cual fue jefe de redacción. En 1910 asistió en Bruselas a un Congreso de Archiveros y Bibliotecarios. Su labor por el mejoramiento del Archivo Nacional le hizo obtener sucesivamente posiciones de mayor responsabilidad, hasta que en 1921, y luego de aprobar un examen de suficiencia, se le designó Director, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Él desarrolló el trabajo de investigación “Historia de los Archivos de Cuba”, que por muchos años constituyó una obra de referencia en América Latina. También publicó varias obras importantes para la historiografía cubana.En 1937, teniendo en cuenta que tan sólo tres años después se conmemoraría el centenario de la fundación del Archivo Nacional planteó la idea de gestionar fondos para la construcción de un digno edificio, dotado de un equipamiento moderno, justo en el mismo lugar que ocupaba en el Cuartel de Artillería. Esto se hizo realidad el 23 de septiembre de 1944.
Llaverías Martínez perteneció a varias asociaciones nacionales y extranjeras, que lo distinguieron por su arduo trabajo en aras de la conservación, restauración y difusión del patrimonio documental de Cuba. Igualmente formó parte de la Academia de la Historia de Cuba, de la que fue archivero permanente y director ocasional de sus Anales. También fue miembro, entre otras instituciones, de la Sociedad de Folklore de La Habana y de las Academias de Historia de la República Dominicana y del Uruguay. Editó y anotó las Cartas inéditas de Martí y recopiló los Papeles existentes en el Archivo General de Indias relativos a Cuba y muy particularmente a La Habana. En colaboración con Emeterio Santovenia recopiló y publicó en seis volúmenes las “Actas de las Asambleas de Representantes y del Consejo de Gobierno durante la Guerra de Independencia”. Prologó además numerosas obras y colaboró con distintas publicaciones.