LAURA MARTINEZ CARVAJAL
Laura Martínez Carvajal resultó ser la primera mujer que alcanzó el título de médico y ejerció como oftalmóloga en Cuba. Ella falleció en La Habana, en la zona del Cotorro el 24 de enero de 1941.
Su nacimiento tuvo lugar el 27 de agosto de 1869, en la capital cubana, en el seno de una familia acaudalada y, desde niña, fue criada entre las buenas costumbres y modales que imperaban en la alta sociedad de la Cuba colonial de finales del siglo 19. Por esa causa también cursó sus primeros estudios en renombradas escuelas para señoritas y luego se convierte en la primera mujer graduada de bachiller en el territorio cubano.
Posteriormente esta aventajada joven que desde niña había demostrado su habilidad para el estudio, matriculó en las carreras de Ciencias Físico-Matemáticas y Medicina, en la Universidad de La Habana. Durante su vida universitaria tuvo que demostrar una vez más las dotes de inteligencia que poseía y sortear además los innumerables obstáculos impuestos por una sociedad en la que las mujeres eran discriminadas.
A fuerza de constancia y respeto, Laura fue ganándose, poco a poco, la admiración del resto de los estudiantes y profesores hasta graduarse de Físico-Matemática en junio de 1888 y de Medicina un año más tarde.
Precisamente pocos días después de obtener su título como médico, Laura contrajo nupcias con el también Doctor Enrique López Veitía, a quien había conocido años antes en el entonces Hospital Reina Mercedes, ubicado en el sitio donde hoy se localiza la heladería Coppelia.
Ese relevante oftalmólogo, precursor de los Congresos de Medicina en Cuba, era el Director de la Policlínica de Especialidades y sus archivos, centro en el que su esposa comenzó a ejercer de manera profesional, primero como ayudante y luego quedándose a cargo de aquellos pacientes a los cuales el Doctor López Veitía se veía imposibilitado de atender.
Del matrimonio López Martínez nacieron siete hijos, a los cuales Laura cuidó y alimentó sin desatender sus responsabilidades como médico. Junto a su esposo ella participó en numerosos eventos relacionados con la oftalmología y la medicina en general, que se efectuaban por aquel entonces.
Igualmente colaboró en la redacción de importante bibliografía médica, entre los que estuvieron los libros titulados “Observaciones clínicas”, “Notas fisiológicas” y en los tres volúmenes de “Oftalmología clínica”. Laura tenía predilección por las flores y los animales, razón que la llevó a formar parte del Bando de Piedad, que adoptaba y cuidaba a niños y animales desamparados y gustaba también de la pintura.
En 1917, varios años después de la muerte de su esposo adquirió una finca a la que denominó “El Retiro”, y en la que instaló una escuela gratuita para niños pobres que atendía junto a su hija María. Allí vivió hasta el final de su existencia que se produjo en 1941.
Laura Martínez Carvajal resultó ser la primera mujer que alcanzó el título de médico y ejerció como oftalmóloga en Cuba. Ella falleció en La Habana, en la zona del Cotorro el 24 de enero de 1941.
Su nacimiento tuvo lugar el 27 de agosto de 1869, en la capital cubana, en el seno de una familia acaudalada y, desde niña, fue criada entre las buenas costumbres y modales que imperaban en la alta sociedad de la Cuba colonial de finales del siglo 19. Por esa causa también cursó sus primeros estudios en renombradas escuelas para señoritas y luego se convierte en la primera mujer graduada de bachiller en el territorio cubano.
Posteriormente esta aventajada joven que desde niña había demostrado su habilidad para el estudio, matriculó en las carreras de Ciencias Físico-Matemáticas y Medicina, en la Universidad de La Habana.
Durante su vida universitaria tuvo que demostrar una vez más las dotes de inteligencia que poseía y sortear además los innumerables obstáculos impuestos por una sociedad en la que las mujeres eran discriminadas.
A fuerza de constancia y respeto, Laura fue ganándose, poco a poco, la admiración del resto de los estudiantes y profesores hasta graduarse de Físico-Matemática en junio de 1888 y de Medicina un año más tarde.
Precisamente pocos días después de obtener su título como médico, Laura contrajo nupcias con el también Doctor Enrique López Veitía, a quien había conocido años antes en el entonces Hospital Reina Mercedes, ubicado en el sitio donde hoy se localiza la heladería Coppelia.
Ese relevante oftalmólogo, precursor de los Congresos de Medicina en Cuba, era el Director de la Policlínica de Especialidades y sus archivos, centro en el que su esposa comenzó a ejercer de manera profesional, primero como ayudante y luego quedándose a cargo de aquellos pacientes a los cuales el Doctor López Veitía se veía imposibilitado de atender. Del matrimonio López Martínez nacieron siete hijos, a los cuales Laura cuidó y alimentó sin desatender sus responsabilidades como médico.
Junto a su esposo ella participó en numerosos eventos relacionados con la oftalmología y la medicina en general, que se efectuaban por aquel entonces. Igualmente colaboró en la redacción de importante bibliografía médica, entre los que estuvieron los libros titulados “Observaciones clínicas”, “Notas fisiológicas” y en los tres volúmenes de “Oftalmología clínica”. Laura tenía predilección por las flores y los animales, razón que la llevó a formar parte del Bando de Piedad, que adoptaba y cuidaba a niños y animales desamparados y gustaba también de la pintura.
En 1917, varios años después de la muerte de su esposo adquirió una finca a la que denominó “El Retiro”, y en la que instaló una escuela gratuita para niños pobres que atendía junto a su hija María.