RODRIGO PRATS
Rodrigo Prats Llorens, quién falleció en La Habana el 15 de septiembre de 1980, sobresalió por su labor como músico y compositor. Su nacimiento se produjo en la ciudad de Sagua la Grande, en la entonces provincia de Las Villas, el siete de febrero de 1909. Ya desde la etapa de su niñez, a partir de los ocho años, recibió sus primeras lecciones musicales, las cuales les fueron impartidas por su padre Jaime Prats, quién también fue un prestigioso músico del siglo diecinueve y primeras décadas del veinte.
En las tertulias que se daban en su casa con amigos de la familia, Rodrigo Prats fue apreciando las características de muchos géneros musicales, incluyendo entre ellos el danzón, por el cual sintió siempre una gran atracción. Además, de su abuela materna, Elvira Meireles, catalogada por los historiadores del teatro cubano como la más grande figura del género bufo nacional, obtuvo la experiencia necesaria que lo conduciría después a realizar una fructífera labor dentro de nuestro teatro lírico.
Alternó sus estudios musicales con el bachillerato. Esto último lo hacía por el simple hecho de complacer a su familia, y muy especialmente a su padre, quién deseaba que fuera médico o marinero. Pero a él lo que en realidad le atraía era la música. A los trece años ingresó como violinista en una orquesta de baile. Después de varios años tocando el violín o como pianista acompañante de artistas famosos de la época, inició una vertiginosa carrera al integrarse a la compañía de Arquímides Pous, uno de los grandes valores del teatro vernáculo cubano.
Siendo muy joven, cuando contaba veinte años, comenzó su labor como director de orquesta, faceta en la cual dirigió Orquestas Sinfónicas, de Óperas, Zarzuelas y de Ballet, en una larga y fecunda trayectoria. A los 21 años ya compartía labores de dirección musical junto al ya consagrado Gonzalo Roig de quién siempre manifestó que había sido su verdadero maestro.
Otra cuestión importante a destacar de su labor musical fue su aporte al campo de la creación, ya que de su inspiración se deben obras como Amalia Batista, Soledad, María Belén Chacón, Una Rosa de Francia, y otras. Estas obras unidas a las que concibieron Ernesto Lecuona y Gonzalo Roig han hecho posible que Cuba sea la única nación de habla hispana en América que haya podido contar con un teatro lírico de superior calidad.
Rodrigo Prats Llorens aportó al patrimonio musical cubano obras de gran valor y significación. Él también fue fundador de la radio y la televisión cubanas y dirigió la mayoría de las orquestas que se crearon en las principales emisoras de nuestro país.
Inmerso en su trabajo, después de terminar un disco de larga duración que recoge la partitura completa de Amalia Batista, su obra preferida, lo sorprendió la muerte pero la trascendencia de su vida y obra siguen estando presentes en la historia de la música cubana y en el recuerdo imperecedero de su pueblo.