Como el padre e iniciador de la tendencia nacionalista en la música cubana está considerado Manuel Saumell Robredo, quién falleció el 14 de agosto de 1870 en La Habana. Tuvo una existencia relativamente breve ya que murió cuando contaba 53 años. Su nacimiento había tenido lugar en La Habana el 19 de abril de 1818 en un hogar de procedencia humilde.

Se ha afirmado que llevó una vida bastante agitada lo que le limitó para  componer. Fue un gran trabajador, muy sensible y exigente consigo mismo. Manuel Saumell estudió piano, armonía, instrumentación, contrapunto y fuga. Tocó el piano en varias iglesias habaneras, organizó reuniones musicales, instrumentó, hizo arreglos y ofreció clases.

Por ser un hombre enérgico y lleno de dinamismo desplegó durante su vida una gran actividad.  Además de compositor se presentó en distintas ocasiones como músico en actividades y ofreció numerosos conciertos. En 1839 cuando contaba 22 años, se propuso escribir una ópera que reflejara una temática cubana.  En ese sentido se ha señalado por algunos investigadores que Saumell tuvo el propósito que la acción de dicha obra se desenvolviera en el territorio nacional y que intervinieran en ella elementos característicos de la vida popular de los cubanos.

El notable escritor cubano Alejo Carpentier en su  libro titulado “La Música en Cuba” hizo alusión a la ópera creada por Saumell. Además se  refiere en términos muy elogiosos al aporte hecho por este compositor  al desarrollo de la música en nuestro país.

Precisó que gracias a la obra de Saumell se fijaron y se pulieron los elementos constitutivos de una cubanidad que estaban dispersas en el ambiente y no salían de las casas de baile para integrar un hecho musical lleno de implicaciones. Carpentier igualmente resaltó que con la labor realizada por Saumell lo popular comenzó a alimentar una especulación musical consciente.Otros investigadores cubanos  han destacado que la invención rítmica y melódica de Manuel Saumell fue asombrosa.

En relación con ello cabe destacar que a él se le considera también el padre de la contradanza en nuestro país y se le reconoce el aporte brindado al desarrollo de otros géneros musicales como La Habanera, La Clave y La Criolla.

Entre las obras compuestas por Manuel Saumell se encuentran Plegaria, para soprano y órgano; Idilio, para violín y piano; Ave María, para voz y orquesta; y las contradanzas La Niña Bonita, Recuerdos tristes, Lamentos de Amor y Los Ojos de Pepa, que resultó una de sus más significativas creaciones.