La Habana: 505 Aniversario de su tercer y definitivo asentamiento
Como resulta tradicional, desde hace años, la fecha del 16 de noviembre simbólicamente recuerda el establecimiento definitivo de la Villa de San Cristóbal de La Habana en un lugar muy cerca de la entrada de la bahía.
Nos parece que fue hace muy poco tiempo, en el 2019 cuando se festejó con gran júbilo el aniversario 500 y así de pronto nos damos cuenta que ya han transcurrido 5 años más.
En este lustro La Habana, la capital del país y de todos los cubanos, ha tenido que enfrentar situaciones muy difíciles, como el de las afectaciones por la pandemia de Covid-19, otras relacionadas con cuestiones atmosféricas, y por supuesto diversos problemas y carencias, muchos de ellos derivados por el recrudecimiento del bloqueo económico político y comercial impuesto por los Estados Unidos a Cuba desde hace más de sesenta años,
Durante los últimos cinco años, no obstante las limitaciones de tipo económico, en La Habana se ha continuado trabajando por transformar y resolver situaciones, por ejemplo, en barrios catalogados como vulnerables, se ha luchado por garantizar la atención de la salud del pueblo, por mantener la educación, así como la producción de alimentos y a su vez tratar de estabilizar otros servicios esenciales.
La dirección del Partido y el Gobierno de la provincia de La Habana en constantes reuniones de chequeo, en rendición de cuenta a las instancias superiores de dirección y también de manera esencial en recorridos por los municipios, barrios, circunscripciones, en diálogos directos con especialistas, científicos, trabajadores, campesinos, estudiantes, en fin con diversos sectores del pueblo, han analizado los problemas existentes, han escuchado las propuestas, opiniones del pueblo y sobre todo en coordinación estrecha han convocado a la unidad para de manera conjunta y sostenida, resolver no todos los problemas pero sí los más apremiantes teniendo en cuenta el criterio de los propios habitantes de las diferentes zonas y lograr a su vez que ellos también con su aporte contribuyesen a la solución de dichos problemas.
Queda mucho por hacer en La Habana, ciudad que cuenta con más de dos millones de habitantes en forma estable, unido a ello miles y miles de personas que por distintas causas visitan o permanecen un período de tiempo en la capital, pero lo más importante es que existe y existirá la voluntad política del país y de la provincia de atender las necesidades de la población, de no dejar a nadie desamparado y de seguir convirtiendo los reveses transitorios incluso ante afectaciones climatológicas en victorias.
En el transcurso de este lustro tanto a nivel de la provincia como en todos los municipios se crearon los Portales del Ciudadano, que propician una apropiada comunicación entre las direcciones de los distintos municipios y provincia con los habitantes y a su vez permiten que cualquier ciudadano pueda formular sus apreciaciones o sus quejas y que sea atendido y también mediante dichos portales pueda recibir la información adecuada que resulte de su interés.
En La Habana, al igual que ocurre en los restantes territorios de Cuba, hay un pueblo aguerrido que con su tesón y labor ha demostrado con creces que es capaz de encarar tensos momentos y continuar la marcha hacia adelante.
En La Habana su centro histórico urbano y su sistema de antiguas fortificaciones militares de la época colonial, además de Monumento Nacional, ostenta la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad que le fuera otorgado por la Comisión de Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.
Desde hace varios decenios en La Habana se labora además en forma sistemática en la remodelación de plazas y edificaciones de distintos tipos, que son objeto de admiración no sólo por los cubanos, sino también por múltiples hombres y mujeres de diferentes partes del mundo.
Precisamente con motivo de este nuevo aniversario de la fundación de La Habana se anunció por la Oficina del Historiador de la Ciudad la entrega de varias obras restauradas en museos y otras instituciones.
Entre ellas figuran la rehabilitación de la llamada Casa Sarrá, situada en la avenida del Malecón y Lealtad, la Casa de Asía, y el Castillo de San Salvador de la Punta.
En proceso de restauración está el Palacio del Conde Jaruco en la Plaza Vieja, y el Convento de Santa Clara.
En este aniversario 505, se pone de manifiesto una vez más el orgullo que sienten no sólo los nacidos en La Habana, sino los que la habitan e incluso aquellos que viven en otras partes del país, pero que sienten igualmente amor por La Habana, porque, reitero, es la capital de todos los cubanos.
Sobre La Habana han opinado múltiples figuras, entre ellos poetas y compositores musicales que se han inspirado en las características y esplendor de esta ciudad, así como pintores, escultores, escritores y otros artistas. También hombres y mujeres sencillos del pueblo a través de una frase un tanto picarezca o jocosa, definen la trascendencia de una edificación, un parque o un barrio.
No es posible enumerar la gran cantidad de opiniones en torno a La Habana que en la actualidad se pueden apreciar tanto en libros, programas de radio y televisión, o en espacios digitales.
El Doctor Emilio Roig, quién fue el Director fundador de la Oficina del Historiador de La Habana, señaló:
- “La Habana, hoy capital, no de una colonia, sino de una de las más ricas repúblicas de América, ha crecido con extraordinaria rapidez e intensidad, después de un largo período, durante el cual, sus energías urbanas permanecieron inactivas, bajo los últimos años de la dominación española”.
- “De una ciudad pasiva, bien española en carácter, indolentemente reclinada junto al mar de todas las leyendas, en poco tiempo alcanzó su actual posición de ciudad populosa, moderna, sorprendentemente activa, e intensamente cosmopolita.
- “A pesar de haber desaparecido el grueso muro que encerraba la ciudad, el visitante, por poco observador que sea, notará la diferencia existente entre la antigua Habana, y la nueva ciudad, entre las que se establece un elocuente contraste.
- “En la primera, hemos visto los inefables recuerdos de tiempos idos, de la época colonial, llena del melancólico encanto de las cosas que fueron. En la segunda, la gran ciudad, llena de energías y vida, levantándose prodigiosamente después del letargo de varios siglos, y capaz de brindar todas las ventajas que puede darnos el progreso y la civilización de nuestros días.
- “Amplias calles y avenidas corren entre construcciones macizas; altos edificios modernos se alzan elegantemente, como si quisieran internarse en el cielo eternamente azul, estableciendo gran contraste con las pequeñas casas de piedra gris que nos legó el pasado.”
Y el Doctor Eusebio Leal Spengler, continuador de la obra de Roig, quién también durante varias décadas fue el Director de la Oficina del Historiador, y artífice principal en el empeño de lograr la recuperación y conservación del centro histórico urbano de La Habana, expuso:
- “…llegué un día a la Plaza de Armas en agosto de 1959, al antiguo Palacio de Gobierno, tenía entonces dieciséis años y creo que me enamoré de estas piedras y estas maderas desde el primer día.”
- “Admiro toda la ciudad tal y como es hoy, con todos sus barrios y con todas sus expectativas futuras, pero no oculto que prefiero intramuros.
- “Vivir bajo un techo elevado, los zaguanes amplios, las escalinatas iluminadas al amanecer por el rayo de luz multicolor de un óculo, apenas insinuado en una bóveda. El secreto del agua en su misterioso andar por aljibes y caños de barro, el clamor de alguna que otra campana solitaria. La posibilidad de conocer a todos, o a muchos, de los que nos encontramos en las calles todos los días en este mundo de apenas cuatro kilómetros cuadrados, donde la historia ha acumulado recuerdos y acontecimientos de tal magnitud, valores de tanta importancia, que han permitido que esta parte de La Habana integre el Patrimonio Cultural y espiritual del género humano.”