1775. Nace en La Habana Francisco Covarrubias.

Recibió desde pequeño una esmerada educación. Estudió latín, filosofía, cirugía y anatomía. Trabajó después durante algún tiempo como médico en un ingenio azucarero. También desde joven comenzó a actuar en comedias que se realizaban en casas de sus amigos. Con posterioridad tuvo la posibilidad de presentarse en diferentes teatros cubanos.

Tal sería la aceptación que tendría en la escena que llegó a convertirse en el actor más popular de su época. También dio su aporte al desarrollo del teatro cubano en su condición de autor. A partir de 1810 comenzó a escribir una o dos obras por año. Está catalogado como el creador del denominado género chico cubano, al haber adaptado a nuestro ambiente los pasos, sainetes y entremeses españoles. Se retiró oficialmente de las tablas en 1847 y casi tres años después se produjo su fallecimiento el 22 de junio de 1850 en La Habana, cuando contaba setenta y cinco años.

1924. Nace en La Habana Aurelio Reinoso.

Realizó estudios musicales elementales. Se inició cantando en programas de radio. En 1948 formó parte del Cuarteto organizado por el notable pianista y autor Orlando de la Rosa, con el cual estuvo hasta 1955. Con el grupo visitó algunos países de América Latina, así como Estados Unidos de América. Desde 1961 actuó como solista, siempre en el ámbito de la canción romántica.

Trabajó en la radio, la televisión y el teatro, así como en diversos escenarios del país. Grabó diversos discos de larga duración.

Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 4 de enero de 1987.

1925. Fue expulsado de la Universidad de La Habana Julio Antonio Mella.

En este alto centro de estudios comenzaría a destacarse por sus convicciones revolucionarias. Rápidamente se convirtió en un dirigente estudiantil por sus relevantes méritos y excepcionales cualidades. En 1923 ya era Secretario de la Federación de Estudiantes Universitarios y máximo exponente de la Reforma Universitaria. Por su iniciativa se acordó celebrar el Primer Congreso Nacional de Estudiantes con el objetivo de agrupar y unir a los alumnos de los niveles medios y universitarios y garantizar con ello el éxito de las transformaciones educacionales.

Participó después en la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Liga Antimperialista. También gracias a su tesón se acordó constituir la Universidad Popular “José Martí”, en 1923, encaminada a contribuir a la elevación del nivel cultural de los trabajadores.

Al ser separado del magno centro docente el destacado dirigente estudiantil en carta dirigida a la dirección de esa institución, expresó: “Me retiro de la Universidad satisfecho de haber servido en todos los instantes a mis ideales y de no haber claudicado.”