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publicado el 21/08/2024

Cuando el agua regrese a La Aurora

Puesta la camisa, los vecinos del reparto La Aurora iniciaron conteo regresivo, de camino a un acontecimiento que habrá de marcar un antes y un después, a ellos y el barrio mismo.

En la jerga hidráulica, la camisa es una solución técnica facilitadora, suerte de funda, por la cual se hace pasar una conductora –de menor diámetro- por donde ha de correr el agua. Por lo general se aplica en cruces de avenidas, carreteras y calles de mucho trasiego. En caso de ulteriores averías, el conducto se corta por ambos extremos, se arrastra hasta sacarlo, para luego ser sustituido por un segmente nuevo. Así evitan futuros zanjeados de la vía y los inconvenientes a ello asociados.   

En la comunidad de marras, ubicada en las afueras de Santiago de las Vegas, en las faldas de la loma del Cacahual, la singular prenda de vestir, con forma cilíndrica, atraviesa la avenida Boyeros y constituye el punto de partida de una intervención de mayor envergadura, dirigida a ponerle fin a la agonía que para el vecindario hoy representa el suministro de agua.

EL PROBLEMA

Con 50 años de vida en La Aurora, tal vez nadie, con más elementos para hablar del tema agua en sus predios, que José Raúl Vázquez Sánchez y Maidelín Figueredo, dos partes de un matrimonio, quienes en conversaciones por separado con Tribuna de La Habana, coincidieron en calificar el servicio como muy inestable, de vieja data y estresante.

Contaron que el agua les llega un día y luego se pierde dos, tres y  hasta una semana, y por lo general las presiones son bajas.

No hizo falta intercambiar con otros lugareños. Todos los muchos que pasaron por el lugar, de alguna u otra manera, dieron muestras de sus inconformidades y aplaudieron, esperanzados, la presencia de Aguas de La Habana.

SOLUCIÓN A LA VULTA DE LA ESQUINA   

A La Aurora llega el agua a través de una tubería muy vieja, con muchos salideros. Cuando se tapan un escape, aparecen cuatro por otro lado. Como consecuencia disminuye la fuerza de empuje del líquido.

De ahí la decisión de asociar la entrada de agua al reparto con el tanque homónimo (Aurora), ubicado en lo más alto del Cacahual, y surtido desde la fuente de abato Aguada del Cura. Para ello, la nueva conductora de entrada a la barriada, de polietileno de alta densidad (PAD), habrá de conectarse a la de centro acero, que conduce el líquido desde el depósito, en las alturas, hasta Santiago de las Vegas.

Abel Fernández Díaz, jefe de la Base de Rehabilitación, de AH, asegura que ya está hecho lo más complejo: “Colocar la Camisa”.

Ahora habrá un pequeño receso. Irán a Brisas del Mar a terminar trabajos ya iniciados. Regresarán a La Aura la semana entrante, y colocaran unos 30 metros de tuberías (PAD), reparto adentro, con las correspondientes acometidas a 50 hogares, más de 200 personas, quienes resultaran beneficiados con un suministro estable, y mayores presiones.

“Eso nos tomará a lo sumo, unos 10 o 15 días de laboreo intenso”, aseguró Fernández Díaz.

ALMAS

Si el Programa Cero Pipas es, a mi juicio, el alma de labor de AH, la Base de Rehabilitación de Redes es el alma de ese propósito, que persigue eliminar el uso de carros cisternas para llevarle el agua a los clientes y eso implica que (casi) todo el mundo le llegue por tuberías.

Carencias, bloqueo, y aunque en menor medida, alguna que otra insuficiencia humana, hacen que el avance sea lento, pero los saltos, cortos tal vez, pero no dejan de darse.

Ángel Salas, director Técnico (en funciones) de AH, explica que en este empeño, la Base lleva la voz cantante.

Hay otras brigadas encargadas de hacer rehabilitaciones en sus respectivos radios de acción (los acueductos de Centro, Oeste, Sur y Este), aunque importantes, de menor envergadura, mientras que la tropa de Abel es la responsable de las intervenciones de mayor complejidad y alcance, a lo largo y ancho de la ciudad.

Hablamos de poco más de 60 hombres,  que si bien están bien equipados (camiones, cargadores frontales, compactadoras…), están obligados a superar la falta de gomas, baterías, combustibles, y sobre todo, accesorios.

Aun así, la lista de los barrios por donde han pasado en lo que van de año, es tan larga como el alegrón que le han dado a sus habitantes, unas 10 mil personas.

Pronto los vecinos de La Aurora también se sumaran a la lista de beneficiados. A los hermosos crepúsculos que se pueden vivir cada amanecer por esos apartados parajes, vendrá a sumarse estas otras auroras que habrán de irrumpir por las tuberías, con presión y sistematicidad.

(Tomado de Tribuna de La Habana)

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