Carlos J. Finlay: un relevante científico cubano
Fallecido en La Habana el 19 de agosto de 1915 Carlos Juan Finlay fue un notable científico cubano que sobresalió en la segunda mitad del siglo XIX por descubrir cuál era el agente trasmisor de la fiebre amarilla.
Su nacimiento tuvo lugar el tres de diciembre de 1833 en Santa María del Puerto del Príncipe, en la actualidad ciudad de Camagüey.
Fue descendiente de una familia de médicos ingleses, y le fue posible recibir una buena parte de su enseñanza primaria y toda la secundaria en Alemania y Francia.
Posteriormente se graduó de Doctor en medicina en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos de América.
En 1855 revalidó sus estudios en la Universidad de La Habana y dicho centro le expidió el título de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1857.
Durante su existencia realizó su actividad profesional en Cuba y se dedicó por entero igualmente al estudio de las enfermedades que aquejaban a la población.
Estuvo muy vinculado a los centros científicos existentes en el territorio cubano y una gran parte de sus trabajos los expuso y analizó en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.
El mayor aporte de Finlay a la medicina a nivel internacional está referido a la teoría del agente intermediario en la trasmisión de enfermedades infecciosas, que le permitió descubrir la forma de propagación y control de la fiebre amarilla, cuestión que constituía el más terrible azote epidemiológico en Cuba y en el Caribe, en la segunda mitad del siglo XIX.
Finlay también estuvo responsabilizado en la etapa inicial del siglo veinte con lo referido a la organización de la salud pública cubana.
Como homenaje a Finlay en la actualidad en Cuba se celebra el día de los trabajadores de la salud en Cuba el tres de diciembre, en la fecha de su nacimiento.
También en Cuba se otorga la Orden que se identifica con su nombre. Se le confiere a destacados científicos por la labor que han realizado.
Esta Orden se otorga a personalidades nacionales y extranjeras, así como a colectivos científicos por sus méritos y aportes al desarrollo socio económico de Cuba.
Además, se concede a ciudadanos cubanos y extranjeros en reconocimiento a extraordinarios méritos por valiosos aportes al desarrollo de las ciencias naturales o sociales, a actividades científicas o de investigación que hayan contribuido de forma excepcional al progreso de las ciencias y en beneficio de la humanidad, y en especial, a la preservación y mejoramiento de la salud y bienestar del pueblo.
Igualmente se otorga a instituciones y a colectivos de trabajadores cubanos y extranjeros por análogos motivos. Puede ser otorgado con carácter póstumo.
El nombre de Finlay identifica un museo especializado en la historia de las ciencias en Cuba en una edificación en la calle Cuba 460 en La Habana Vieja.
En ese edificio se asentó a partir de 1868, la Real Academia de las Ciencias Médica, Física y Naturales de La Habana.
Fue en dicho centro donde inicialmente Finlay disertó el 14 de agosto de 1881 sobre el descubrimiento que había hecho relacionado con el agente trasmisor de la fiebre amarilla.
En La Habana se halla un parque y un monumento a Finlay en la Avenida Padre Varela, conocida popularmente como Belascoaín, y las calles Barnet, Maloja y División, en el municipio Centro Habana.
El monumento que se inauguró el 17 de mayo de 1921 es de mármol blanco de Carrara y cuenta con una altura de siete coma 40 metros. La figura de Finlay alcanza 2, 50 metros. El monumento fue obra del escultor español Ramón Mateu.
Además, en la capital cubana existe el Instituto Finlay de vacunas que es un centro científico dedicado a la investigación y producción de vacunas para los seres humanos.
Este centro que cuenta con un reconocido prestigio a nivel nacional e internacional se encuentra en la Avenida 27 número 19 805, entre 198 y 200 en el reparto Atabey, en el municipio La Lisa.
Su misión es investigar, desarrollar, producir, evaluar, negociar y comercializar conocimientos, tecnologías y productos, fundamentalmente vacunas.
La institución dispone de aproximadamente 1000 trabajadores de alta calificación y experiencia en el campo de la investigación, desarrollo, producción, control de calidad y comercialización de vacunas; así como de modernas instalaciones donde se investiga y produce dentro de los más exigentes requisitos establecidos por las entidades competentes.