La Catedral de La Habana es uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos de Cuba. Construida a lo largo del siglo XVIII, esta imponente estructura es un magnífico ejemplo del estilo barroco cubano, una fusión única de influencias españolas, africanas y criollas.

La fachada de la catedral, con su impresionante diseño asimétrico y sus torres de estilo churrigueresco, es una obra maestra del arte colonial que refleja la riqueza y diversidad cultural de la isla. Dentro de la catedral, los fieles y visitantes pueden admirar los altares y los vistosos murales que decoran las paredes, todo ello creado por los más destacados artistas y artesanos cubanos de la época. En la actualidad, se ha convertido en un destino turístico imprescindible.

La construcción de la catedral comenzó en 1748 como un oratorio de la Orden de los Jesuitas y luego se transformó en catedral. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

La catedral está ubicada en la Plaza de la Catedral, una de las cuatro plazas más prestigiosas de La Habana Vieja. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

Desde su construcción, la Catedral de La Habana ha sido el centro de la vida religiosa, cultural y social de la ciudad. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

En el interior de la catedral se encuentran altares, retablos, esculturas y lienzos de gran valor artístico y patrimonial. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

El interior de la catedral posee un estilo arquitectónico barroco con amplias naves y columnas de estilo salomónico. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

La arquitectura de la catedral es impresionante. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

La catedral alberga varias obras de arte religioso, incluyendo lienzos, esculturas y pinturas de reconocidos artistas coloniales. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

El interior de la catedral posee un estilo arquitectónico barroco. Foto: Enrique González (Enro) / Cubadebate.