Efemérides habaneras. 3 de marzo
1687. Se funda en La Habana el poblado de Regla.
Su nombre autóctono es Guaicanamar, cuyo significado es frente al mar. Más tarde fue llamado Nuestra Señora de Regla. Con dos asentamientos urbanos está formado por las comunidades de Regla y Casablanca, ambas perimentalmente muy definidas. El municipio consta de 9,2 kilómetros cuadrados con una población de más de cuarenta mil habitantes. El área urbanizada es del 41%. El resto del territorio es ocupado por instalaciones portuarias, industriales, militares y áreas verdes.
En esta localidad se localiza el Liceo que fue donde nuestro Héroe Nacional José Martí ofreció un discurso. También está la Colina Lenin, primer monumento en homenaje al dirigente de la Revolución de Octubre, levantado fuera de Rusia y además en ese territorio se localiza la Refinería Ñico López, la mayor del país.
Regla es en la actualidad uno de los 15 municipios de la capital cubana.
1984. Fallece en La Habana el destacado cantante Miguelito Cuni.
Su nacimiento tuvo lugar en la zona occidental del territorio cubano, en Pínar del Río, el 8 de mayo de 1920. Sólo cursó los primeros grados de la enseñanza primaria, pero la correcta ortografía que tendría y su fluidez en el hablar le confirieron un don de gente que lo hizo figura atractiva dentro y fuera de los escenarios.
A la edad de 15 años debuta como profesional. Con posterioridad, exactamente en 1938 en La Habana, comenzó a trabajar con la agrupación musical dirigida por Ernesto Muñoz y algún tiempo después el maestro
Antonio Arcaño decide incorporarlo a su orquesta, muy popular en ese momento. Más tarde también forma parte de la agrupación de Arsenio Rodríguez y junto al Cieguito Maravilloso cubre una importante etapa de su vida artística. Cuando éste se marcha hacia Nueva York, él se queda en el conjunto que a partir de ese momento sería dirigida por el trompetista Félix Chappotín. Con dicho conjunto realizó varias giras por el extranjero y también grabó numerosos discos. Disímiles creaciones en su voz se ganaron la aceptación popular, entre ellas la titulada El carbonero.
1993. Fallece el doctor Francisco Lancís Sánchez.
Nació en La Habana el 13 de marzo de 1906. Se graduó de doctor en la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad de La Habana el 29 de junio de 1929. Comenzó su práctica en el terreno de la medicina legal el 1 de diciembre de 1933 al ser nombrado médico del Servicio Médico Forense Municipal de La Habana.
Su trascendencia en la medicina la tuvo por sus aportes y experiencias de muchos años en materia de Ética Médica, Toxicología y Medicina del Trabajo, por lo que se convirtió en consultor obligado en estas ciencias.
Por su meritoria y trascendente labor académica y científica alcanzó también las categorías de Doctor en Ciencias Médicas y Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, además de numerosas condecoraciones, órdenes y medallas.
1994. Los restos del escritor Eliseo Diego llegan a La Habana.
Dos días antes se había producido su fallecimiento en México.
Nacido el dos de julio de 1920, alcanzó el título de Doctor en Pedagogía y se desempeñó como profesor de literatura inglesa y norteamericana y como director del departamento de literatura y narraciones infantiles de la Biblioteca Nacional José Martí. Fue miembro del buró ejecutivo de la Sección de Literatura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Además de poeta y narrador fue un excelente traductor de inglés.
Utilizó la palabra para embellecer la vida, para crear poesías. Precisamente con respecto a esto señaló: “Las palabras son caprichosas, traviesas y traicioneras porque a veces se las arreglan para juntarse unas con otras y significan lo contrario de lo que se quería decir con ellas.”
En 1986 el Fondo de Cultura Económica publicó por primera vez en México una antología de su obra poética. También en ese año se le concedió en Cuba el Premio Nacional de Literatura.
En diciembre de 1990 en nuestro país se le otorgó el premio de la crítica correspondiente al año anterior por su obra titulada “Libro de quizá y de quién sabe”. Además le fue otorgado el Premio Internacional Juan Rulfo en 1993.