1909. Nace en el poblado de Bejucal, entonces provincia La Habana, Félix Pita Rodríguez.

Con el decursar de su existencia se destacó como poeta y narrador.

Siendo aún un adolescente, da a conocer sus primeros poemas y relatos, que lo sitúan en la avanzada del movimiento literario renovador conocido por vanguardismo. Indoblegable luchador por la paz y la justicia, durante la guerra civil española integró, junto a otros destacados intelectuales cubanos, la delegación al II Congreso antifascista reunido, bajo las bombas, en Madrid y Valencia. Después retorna a Cuba e incursiona en el periodismo.

Fue además profesor de la Escuela de Instructores de Arte, ofreció cursos en el Instituto Cubano de Radio y Televisión y desempeñó la presidencia de la Sección de Literatura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.   Por su meritoria labor le fueron conferidos significativos reconocimientos, tales como el Premio Nacional de Literatura, la Orden Félix Varela de Primer Grado, la Orden Che Guevara de Segundo grado y la Distinción Por la Cultura Nacional.

Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 19 de octubre de 1990.

1945. Nace en San Miguel del Padrón, en La Habana, Olga Alonso González.

Se graduó en la especialidad de Teatro en la Escuela Nacional de Instructores de Arte. Además de teatrista, tenía pasión por la danza moderna y la literatura.

Creó grupos de aficionados integrados por niños y adultos. Trabajó en la zona de Fomento, entonces provincia de Las Villas. Realizó campañas de buen hablar entre los campesinos. Propició la formación de Consejos Popular de Cultura. También se integró como profesora en el desarrollo de jóvenes con posibilidades de servir como  monitores para extender las ramas del arte. Además fundó bibliotecas para el servicio de los habitantes del lugar.

Su fallecimiento ocurrió el 4 de marzo de 1964 en plena faena laboral en un accidente de tránsito.

En homenaje y reconocimiento a su labor, cada 18 de febrero fecha de su natalicio, se conmemora el Día del Instructor de Arte.

1968. Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola ofrecieron un recital en la Casa de las Américas, institución fundada en abril de 1959 y dirigida por Haydée Santamaría Cuadrado.

Ese recital marcó de hecho el nacimiento de lo que después fuera conocido en Cuba como Movimiento de la Nueva Trova (MNT).

Después de ese recital la institución creó un centro para buscar talentos en Cuba y organizar a los jóvenes con inquietudes en esa línea de la canción.

El Movimiento de la Nueva Trova fue en sus primeros años un fenómeno peculiar de ruptura y a la vez veneración de los ancestros musicales; son muchos los creadores cubanos que están afiliados a este movimiento. Diferentes generaciones con denominadores comunes, voz, poesía y música, han compartidos en sus obas ideas de revolución, rebeldía, compromiso, fidelidad, patriotismo y amor.