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publicado el 11/01/2024

El nuevo curso escolar en la educación superior y el retorno al calendario tradicional

Al iniciar su intervención este miércoles en el programa Mesa Redonda, el ministro de Educación Superior, Walter Baluja García, dijo que “acabamos de desarrollar un curso 2023 en año fiscal, que fue el primer curso desde el 2018-2019 que tuvo una duración tradicional”.

“Fue un curso que nos permitió retornar -en la mayoría de los casos- a las prácticas habituales de la educación superior, sin abandonar todo lo aprendido en el periodo pandémico, que por supuesto no quisiéramos que regresara, pero que en algunos aspectos nos ayudó a fortalecer los mecanismos y métodos de trabajo que se utilizan en este nivel de enseñanza hoy”.

Consideró el ministro que “el curso 2023 ha sido exitoso, sin estar ajeno a las carencias materiales que enfrenta el sector a nivel nacional, pero con un respaldo como siempre decisivo de la dirección del país y de la comunidad universitaria”.

Explicó que el curso aún está en proceso de cierre y “esperamos que se hayan graduado -según pronósticos- alrededor de 39 000 estudiantes, ya profesionales de la educación superior en Cuba, de los cuales el 60% aproximadamente pertenecen a las instituciones docentes de nuestro Ministerio”.

Comentó que en estos días todas las instituciones del MES están desarrollando un proceso de balance interno y que grupos de funcionarios del organismo central, dirigidos por viceministros, están visitando cada una de estas instituciones para evaluar cómo ha sido el desempeño en el cumplimiento de los objetivos estratégicos en el año 2023 y, al mismo tiempo, valorar las condiciones para el próximo periodo lectivo.

Baluja García recordó que debido al impacto de la pandemia de covid-19 se tuvieron que modificar los calendarios escolares en todos los niveles de enseñanza.

La pandemia nos obligó a adoptar un calendario escolar por año fiscal. Se desarrolló el curso 2022, que comenzó en abril y que fue más corto, y que significaba salir de ese esquema emergente que tuvimos que adoptar durante el periodo más crítico de la pandemia. Luego, se desarrolló el curso 2023 que consideramos ha concluido con resultados favorables”.

Añadió que durante el 2023, por orientación del primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se creó un grupo temporal de trabajo para evaluar qué situación era la más factible para nuestro país: si continuar trabajando como año fiscal o regresar al calendario tradicional de la educación superior.

“Este grupo de trabajo integró al resto de los organismos formadores de la educación superior y también tuvo en cuenta las consideraciones del Ministerio de Educación, así como el estado del arte internacional sobre la sincronía de los calendarios docentes entre los diferentes niveles de enseñanza, criterios de expertos y de nuestras organizaciones políticas y de masas.

“Se concluyó que, teniendo en cuenta la premisa de mantener la calidad de los procesos universitarios, y también nuestras condiciones específicas, lo más favorable para Cuba era retornar al calendario tradicional de la educación superior”.

Entre los aspectos que determinaron en esta decisión, el ministro mencionó los criterios de la población y algunas preocupaciones que existían con respecto a la desincronía, a algunos meses que estaban los muchachos que se graduaban del doce grado sin vínculo con ninguna institución docente.

“La propuesta se aprobó en el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y luego se trabajó en el cronograma de retorno a ese calendario tradicional”, dijo, al argumentar que se tomaron en consideración las condiciones de cada institución, la comisión de cada carrera y la opinión del grupo de expertos.

“A finales de septiembre, en el Consejo de Dirección del MES, se aprobó este cronograma, que implica que comenzamos en enero el curso escolar 2024”, informó Baluja García.

Detalló que este curso va a tener una duración reducida de alrededor de 30 semanas (con algunas diferencias entre los diversos organismos formadores) y en el mes de octubre comenzaría el curso escolar 2024-2025.

“Este segundo curso que iniciará en 2024 culminará en todos los casos en julio de 2025 y, felizmente, en septiembre de 2025 comenzará en todas las instituciones del sistema educativo cubano, de manera sincronizada, el curso escolar 2025-2026”.

Explicó el ministro que “este diseño no deja de traer preocupaciones que tratamos de minimizar, donde la primera es el claustro disponible para asumir dos nuevos ingresos en un mismo año”.

Otras preocupaciones, dijo, son “la infraestructura docente de laboratorios y aulas - afectadas ya por el término de la pandemia, por varios años con falta de mantenimiento y otras razones-, así como el tema de las residencias estudiantiles donde se alojan muchos de los estudiantes del curso regular diurno”.

Baluja García aseguró que se concibió una demanda presupuestaria desde el propio diseño del cronograma de retorno al calendario tradicional para tratar de minimizar estas preocupaciones.

Agregó que en las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular de diciembre pasado se aprobó el presupuesto anual para la educación superior que incluye estas necesidades, y que significa un aumento del 27% en comparación con el 2023. “Realmente es un esfuerzo grande que está realizando el país”.

El ministro transmitió tranquilidad a los estudiantes, familiares y claustro en general porque iniciar un curso escolar 2024 con una duración reducida no implica que se afecte la calidad ni que se compriman los contenidos, ni tampoco que se traten de colocar los contenidos de un curso regular de más de 40 semanas en un curso más corto de 30 semanas.

“Eso no tiene nada que ver con nuestros objetivos ni con las indicaciones que hemos dado para que se cumpla esta estrategia”, dijo.

¿Qué caracterizará al nuevo curso 2024?

Deysi Fraga Cedré, directora general de Pregrado del MES, dijo que siempre iniciar un nuevo curso en la educación superior es motivo de alegría y consideró que en estos momentos estamos en mejores condiciones que en años anteriores para comenzar un curso académico.

“Hoy mantenemos 50 instituciones de educación superior en el país que pueden desarrollar los programas de pregardo, con 112 carreras universitarias, 64 técnicos superiores en varias ramas de las ciencias, que van a estar respondiendo de manera permanente a las necesidades que tenemos para el desarrollo nacional”.

Aseguró Fraga Cedré que se mantienen todas las instituciones y todos los programas y que estos últimos crecen. “En el curso 2024 se desarrollarán seis programas más de técnicos superiores que en años anteriores, por lo que estamos dando más posibilidades a los jóvenes para que se puedan insertar a la educación superior en los diferentes tipos de cursos que se ofrecen”.

Comentó que muchos de esos técnicos superiores son demandados por organismos para la capacitación de sus jóvenes trabajadores.

“Se mantienen igualmente los dos niveles de educación superior: los cursos de ciclo corto y las carreras universitarias para la formación de pregrado”.

En cuanto al mayor reto del curso 2024, la directora general de Pregrado consideró que es precisamente “el tránsito paulatino al calendario tradicional”.

Explicó que la decisión de retornar al calendario tradicional garantizará la calidad de los procesos docentes, así como el retorno de los jóvenes al servicio militar activo, lo cual es también una necesidad del país.

Como primera consideración mencionó el papel de la comisión nacional de carreras y los colectivos de carreras de las diferentes universidades, acordes con sus características.

En segundo lugar, la directora General de Pregado del MES, se refirió a que el tiempo de trabajo establecido en los documentos para los planes de estudio puede exceder y “existir una organización diferente en esa dirección. También, pueden trasladarse las asignaturas de un año académico a otro. Eso permitiría reordenar y, quizás, no tener asignaturas que complejicen un curso que de por sí es difícil para los estudiantes”.

Igualmente, informó que se piensa en la posibilidad de buscar en las etapas finales ejercicios integradores e interdisciplinarios, que faciliten evaluar más de una asignatura con un mismo ejercicio. “Por último, los jóvenes pueden transitar, defender cuando estén listos y luego hacer la graduación. Esto le da flexibilidad a carreras más complejas”.

Fraga Cedré destacó que el presente curso escolar debe estar concentrado en el trabajo metodológico en cada uno de los centros y colectivos de dirección. “Es importante que se evalúe permanentemente qué ha pasado y qué puede hacerse diferente”.

Como se hizo con la Covid-19, se tendrán que dosificar los escenarios docentes. “Es una práctica positiva de la pandemia que posibilitará fortalecer el trabajo de los centros universitarios”.

La doctora en Ciencias recalcó que se debe consolidar el uso de las tecnologías de la información. “No podemos dejar de avanzar en eso. El empleo correcto posibilitará modificar la gestión en el orden del conocimiento y la autopreparación”.

Dicho proceso, insistió, tendrá que hacerse sin desatender los trabajos educativo y político-ideológico, este último uno de los principales retos de la formación de pregrado. “Es fundamental la atención a estudiantes en situación de vulnerabilidad. Hay que tratar de que sean cada vez más jóvenes, los que acceden a la Educación Superior, en cualquiera de las modalidades”.

De acuerdo con la especialista, los retos para este año son mayores, “pero haremos una mejor Educación Superior. Se pronostica que tengamos más de 289 000 alumnos matriculados en el curso 2024, más de 270 000 en las carreras universitarias y más de 12 000 jóvenes en los técnicos superiores”.

Detalló que al curso diurno corresponden más 105 000 y una cifra superior a los 158 000 en el por encuentros. “Esto indica que hay un mayor número de jóvenes que quieren ir a la universidad. Existe el compromiso de superarse, y de ser mejores con el país, para así contribuir al desarrollo económico que tanto necesita”, concluyó.

La Educación Superior le dio la posibilidad a todo joven que estuviera interesado

René Sánchez Díaz, director de Ingresos y ubicación laboral del MES, comenzó explicando en la Mesa Redonda las características del actual proceso de ingreso. “Contó con el apoyo del Estado y se hizo con la participación de muchas entidades, para que fuera exitoso y satisfactorio”.

Informó que en los últimos tiempos se ha realizado por año más de un proceso de ingreso. “Esto ha permitido aumentar la matrícula universitaria. Y para que se tenga una idea, el alumno de Guantánamo que aspira a la UCI no tiene que moverse de Maisí. Desde allí se le hace el proceso y alcanza su plaza. Lo trasladamos a La Habana y lo mantenemos en la beca. Todo eso lo hace el Estado cubano, en medio de difíciles condiciones”.

Sánchez precisó que este año en el ingreso se mantuvo como principios el rigor en los exámenes y la transparencia. “En casi ningún país existe la posibilidad de reclamar dos veces la prueba de ingreso. Además, no hemos abandonado a nadie que quiera ser universitario”.

Puntualizó que los resultados fueron discretos. “Estos jóvenes se sometieron a ajustes de planes, comenzaron su curso de 12 grado en noviembre y luego tuvieron varias interrupciones, pero estamos satisfechos, porque el número de plazas sigue siendo significativo”.

Comentó que aún no concluye la entrega del curso por encuentro y ya se han otorgado 75 000 plazas universitarias, y de ellas 31 000 corresponden al curso diurno. “La inmensa mayoría se otorgó a los aprobados, a los que están en programas vinculados a la universidad como los colegios universitarios y a los estudiantes que ganan concursos, según su grado. El que logra un premio internacionalmente alcanza la carrera que quiera y sin hacer pruebas”, indicó.

El directivo declaró que algunas plazas sí se entregaron a estudiantes desaprobados. “Pero eran jóvenes, que tenían concluida su enseñanza media-superior, o sea, preuniversitaria. Y la mayoría fueron técnicos-superiores, aunque un grupo apreciable obtuvo plazas universitarias. La Educación Superior dio la posibilidad de acceder a ella a todo joven que estuviera interesado y dispuesto a hacer un esfuerzo”.

Aclaró que en el proceso existió el principio de mejor derecho. “Primero se le dio la carrera a los aprobados y dentro de ellos a los de mejores resultados, los que más se habían esforzado”.

Reiteró la eficacia del experimento realizado en Pinar del Río, Villa Clara y Holguín, con el objetivo de crear una atención mejor a los territorios y a las personas con situaciones de vulnerabilidad. “Nos pasaba cuando distribuíamos las carreras en Pinar que muchos de los jóvenes de la cabecera provincial lograban más plazas de medicina que en el municipio Sandino, donde hacía más falta y llegaban menos”, ejemplificó.

El máster en Ciencias aseguró que el experimento ha dado resultados positivos. Unos 3 074 jóvenes alcanzaron carrera por esa vía. Eso posibilitó atender a estudiantes con situación de vulnerabilidad. Pensamos en un futuro extender esta iniciativa a todo el país y desarrollarla”.

Este 2024 los exámenes de ingreso serán el 7, 10 y 14 de mayo y tendrán características similares a los de los últimos años, matizados por la Covid-19. “El aprobado es un mínimo de 60 puntos, pero a los que no lleguen también le daremos la oportunidad de alcanzar una carrera universitaria, un técnico superior o de enseñanza de ciclo corto”.

Por último, insistió en que el país apuesta por sus jóvenes. “Les da la posibilidad de superarse. Solo queda que luchen por ese esfuerzo, que hace nuestro Gobierno y nuestra Patria para ser mejores revolucionarios y seres humanos”, concluyó.

(Tomado de Cubadebate)

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