El primer Partido Marxista Leninista de Cuba
Fundado el 16 de agosto de 1925 en La Habana el primer Partido marxista leninista de Cuba es una organización antecesora del actual Partido Comunista de Cuba (PCC).
Entre los fundadores de la organización partidista estuvieron Carlos Baliño, quién también había participado junto a José Martí, en 1892, en la creación del Partido Revolucionario Cubano y el prestigioso dirigente estudiantil y luchador revolucionario Julio Antonio Mella.
El primer partido marxista leninista de Cuba surgió en una época en que en el territorio cubano tuvieron lugar diversos acontecimientos importantes en la vida política del país.
Unos años antes se había efectuado la denominada Protesta de los 13, mediante la cual un grupo de jóvenes denunció la corrupción existente en el seno del gobierno, así como se había constituido el Movimiento de Renovación Cívica, el Movimiento de Veteranos y Patriotas y además habían surgido agrupaciones comunistas y efectuado reuniones obreras en distintos lugares de Cuba.
El Secretario general del primer partido marxista leninista de Cuba fue José Miguel Pérez, quién había nacido en Islas Canarias el 8 de diciembre de 1896. Él llegó a Cuba en 1921 cuando contaba 24 años. Fue maestro y también realizó funciones de periodista. Desde muy joven se mantuvo al lado de las luchas de los obreros y de los campesinos, respectivamente.
Al poco tiempo de haber arribado al territorio cubano integró las filas de la Agrupación Socialista de La Habana y en julio de 1922 participó en la asamblea de dicha organización en la que la mayoría de los presentes acordaron adoptar los principios marxistas-leninistas de la Internacional Comunista fundada por Vladimir Ilich Lenin.
También en Cuba José Miguel Pérez fungió como profesor de la Escuela Racionalista fundada por la Federación Obrera de La Habana el 4 de octubre de 1922 y después llegó a ser su director.
Posteriormente colaboró con la Universidad Popular “José Martí”, creada por Julio Antonio Mella para propiciar el desarrollo de los estudios entre los trabajadores. En dicha institución impartió conferencias.
En 1923 al crearse la Agrupación Comunista integró su ejecutivo y en calidad de miembro de la organización participó como delegado al congreso que fundó el primer partido marxista leninista en Cuba. Fue elegido en la asamblea constitutiva de la organización como miembro de su Comité Central y en la reunión del órgano de dirección fue electo como su Secretario General.
No obstante a los pocos días fue detenido por la policía del régimen de Gerardo Machado. Entonces resultó recluido en la fragata Máximo Gómez de la Marina de Guerra en la cual lo trasladaron hasta un navío holandés.
Como el régimen había decidido expulsarlo de Cuba fue trasladado a España en ese buque que zarpó el dos de septiembre de ese año. Al llegar a España fue nuevamente detenido y sufrió prisión por espacio de un mes.
Seguidamente se trasladó hacia Islas Canarias. Allí continuó participando en actividades políticas. En julio de 1936 al producirse la sublevación fascista contra el gobierno republicano español trató de organizar la resistencia donde se encontraba, pero no pudo debido a la carencia de armas.
En agosto de ese año fue detenido y lo incomunicaron en el cuartel de Santa Cruz. Posteriormente resultó condenado a la pena de muerte por fusilamiento, la que se hizo efectiva el 2 de septiembre de 1936.
Medio siglo después de haberse constituido el primer partido marxista leninista de Cuba, ya en el período revolucionario, tuvo lugar en La Habana un significativo acto para conmemorar ese hecho de la historia de Cuba. En el acto habló el máximo líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien recordó las condiciones existentes en el país en los instantes que fue creada dicha organización.
Fidel afirmó: “Éramos una república mediatizada, una posesión neocolonial de Estados Unidos; existía una ignominiosa Enmienda Platt, es decir, el derecho constitucional a la intervención por parte de Estados Unidos en Cuba. Hacía tres meses había sido elegido presidente de la República Gerardo Machado, con lo que se inició una de las épocas más sombrías de nuestra historia. El movimiento sindical, aun cuando tenía ya una tradición de huelgas y de lucha desde los primeros años de la seudorrepública, y expresaba el despertar de la conciencia combativa de nuestros obreros, no tenía todavía una orientación política. Los monopolios norteamericanos eran dueños del 70 por ciento de los centrales azucareros, las riquezas, la prensa, la universidad, las escuelas, el ejército, la policía, el parlamento, el poder judicial, los partidos políticos corrompidos; eran los dueños de la República.”
Y al referirse a los fundadores del Partido, Fidel también resaltó: “Quiénes sino hombres de una gran convicción, de una gran fe en el porvenir habrían sido capaces en aquellas condiciones tan difíciles de fundar el primer Partido Comunista de Cuba. Existieron esos hombres. No eran muchos; posiblemente en aquella fecha los comunistas no pasaban de 100 en todo el país, y los miembros que asistieron al Congreso como delegados activos eran solo 13, y entre los invitados 17.”
En el transcurso de los siguientes años y durante varios decenios, una parte teniendo que actuar en la clandestinidad, los integrantes de ese primer Partido Comunista de Cuba desarrollaron una activa labor en la lucha contra gobiernos corruptos y dictaduras existentes en el país.
En el acto por el aniversario 50 de la creación en Cuba del primer partido marxista leninista Fidel también, entre otras cuestiones, resaltó: “He mencionado la historia de ese Partido. He mencionado los nombres de Baliño y de Mella y de Rubén Martínez Villena. Pero es justo que hoy, como legítimo homenaje y reconocimiento a su extraordinaria vida revolucionaria, mencionemos al hombre que dirigió durante 26 años a ese Partido: el compañero BIas Roca. Por fortuna contamos aquí con su presencia.
“Dirigió el Partido a través de circunstancias y épocas sumamente difíciles, pero lo supo llevar adelante, supo vencer todos los obstáculos, y fue maestro de generaciones revolucionarias".
BIas Roca, de humildísimo origen, que apenas pudo cursar los estudios primarios, y después, autodidacta, se hizo maestro de instrucción pública. Pero no pudo desempeñarse como maestro de alumnos de primaria y, siguiendo la tradición familiar, se ganaba el pan trabajando como zapatero.
“Bien recordamos aquellas décadas anteriores, aquellos tiempos cuando apenas teníamos uso de razón y ya se oía hablar de los comunistas y se oía hablar de BIas Roca; con admiración los revolucionarios, con odio los enemigos. Pero los enemigos eran poderosos, y los enemigos tenían en sus manos muchos periódicos y muchas revistas y muchas estaciones de radio y mucho dinero, y muchos ilustres plumíferos y muchas "lumbreras", cuyos ataques, cuyas calumnias se dirigían contra BIas Roca. Intentaban incluso ridiculizarlo llamándole "el zapatero", con desprecio, y tratando de pintarlo como un hombre tenebroso, "un comunista", ¡el jefe de los comunistas nada menos! Y vertiendo lodo y mentira contra un hombre que, a nuestro juicio, es uno de los hombres más nobles, más humanos y más generosos que hemos conocido jamás".
“¡Recordaremos siempre con emoción el día en que, algún tiempo después del triunfo de la Revolución, y luego de un proceso de unificación de las fuerzas revolucionarias, BIas Roca depositó en nuestras manos las banderas gloriosas del primer Partido Comunista de Cuba!”
El actual Partido Comunista de Cuba simboliza la continuidad histórica del Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí en 1892, y del primer Partido Marxista Leninista creado el 16 de agosto de en 1925.