Nacido en  La Habana el 5 de junio de 1929 Vicente Revuelta llegó a ser uno de los más relevantes dramaturgos cubanos en el siglo veinte.

Comenzó su carrera artística con apenas siete años de edad. Participó en concursos de aficionados y programas de radio. Ingresó en la Escuela Municipal de Arte Dramático y posteriormente en el Patronato de Teatro y en el Teatro Universitario.

Su trayectoria actoral desde el punto de vista profesional se inició en la obra Prohibido suicidarse en primavera, bajo la dirección de Alejandro Casona en 1946.

Cuatro años más tarde formó parte del Grupo Escénico Libre, donde dirigió su primera obra El recuerdo de Berta de Tennessee Williams.

En 1952 viajó a París, donde continuó su formación. A finales de 1954 regresó a Cuba y se unió a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo.

En 1958 fundó, junto con su hermana Raquel, el grupo Teatro Estudio, emblemático colectivo que exhibió lo mejor y más avanzado del repertorio teatral cubano e internacional. No llegaba a los 30 años cuando dirige una puesta en escena que estremeció La Habana de los cincuenta, Viaje de un largo día hacia la noche.

A partir de 1959 dirigió múltiples obras y participó como actor en varias de sus puestas en escena y en diversas películas.

El cine lo recuerda de manera muy especial entre los protagonistas de Los sobrevivientes, de Tomás Gutiérrez Alea.

Vicente Revuelta, quién además de destacado actor y director de teatro, desarrolló una significativa labor docente en varios grupos e instituciones culturales y en el Instituto Superior de Arte, centro que le otorgara la condición de  Doctor Honoris Causa en Arte.

Fue también considerado como uno de los más relevantes actores y directores artísticos de toda América Latina.

Entre las memorables obras que dirigió se encuentran las tituladas La noche de los asesinos, Galileo Galilei y Juana de Lorena.

Él fue igualmente ejemplo de un creador que evidenció su fortaleza para no dejarse vencer por las dificultades.

Resultó considerado como uno de esos hombres que abren caminos, fundan, construyen, pero al mismo tiempo dudan, se preguntan y revolucionan la realidad del ser humano, su conciencia y su entorno.

Por su meritoria labor a Vicente Revuelta le fue otorgado en 1999 el Premio Nacional de Teatro.

También entre otras condecoraciones se le confirieron  la Orden Félix Varela y la medalla Alejo Carpentier.

A Vicente Revuelta se le ha considerado como una figura esencial dentro del teatro cubano y alguien que desde muy joven demostró su gran compromiso con las ideas de justicia y de la Revolución.

Falleció el 10 de enero del 2012 en La Habana cuando contaba 82 años.