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publicado el 16/11/2022

Alejo Carpentier y La Habana, ciudad de las columnas

El gran escritor cubano Alejo Carpentier calificó a La Habana como la ciudad de las columnas. Ello lo trató en un programa de radio que atendió en la emisora internacional Radio Habana Cuba titulado La Cultura en Cuba y en el mundo.

Ese programa se trasmitió en forma semanal durante aproximadamente treinta minutos desde el 25 de octubre de 1964 hasta el 15 de septiembre de 1966.

En la emisión correspondiente al 17 de junio de 1966 Carpentier señaló que el reciente descubrimiento, en un viejo palacio de La Habana antigua, de valiosas pinturas murales, ha atraído nuevamente la atención del público hacia los añejos barrios que tantos gratos misterios encierran aún y cuyas casas principales eran cuidadosamente restauradas.

Carpentier recordó algo de lo patentizado sobre La Habana por Alejandro de Humboldt quién afirmó que el aspecto de esta ciudad cuando se entra en su puerto  es uno de los más pintorescos que puedan gozarse en el litoral de la América equinoccial, al norte del Ecuador.

El famoso escritor cubano Alejo Carpentier calificó a La Habana como ciudad de las columnas y las sombrasDespués de exponer otras consideraciones en su intervención en el programa La cultura en Cuba y en el mundo, Alejo Carpentier comentó que la vieja ciudad de antaño, llamada de intramuros, es ciudad de sombras, hecha para la explotación de las sombras –sombra ella misma-, cuando se la piensa en contraste con todo lo que le fue germinando, creciendo, hacia el oeste con una superposición de estilos.

Y más adelante detalló: “Las casas empezaron a crecer, mansiones mayores cerraron el trazado de las plazas, y la columna –que no era ya el mero horcón de los conquistadores- apareció en la urbe.”    

Precisó seguidamente que era una columna interior nacida en patios umbrosos, guarnecidos de vegetaciones.

Señaló que en un principio en casas de sólida traza, un tanto toscas en su aspecto exterior, como la que se encuentra frente a la Catedral de La Habana, pareció la columna cosa de refinamiento íntimo destinada a sostener las arcadas de soportables interiores.

“Y era lógico que así fuera en una ciudad cuyas calles era tenidas en voluntaria angostura, propiciadora de sombras,  donde ni los crepúsculos ni los amaneceres enceguecían a los transeúntes, arrojándoles demasiado sol en la cara.”

El famoso escritor cubano autor del célebre libro El reino de este mundo, explicó en su intervención radial que así en muchos viejos palacios habaneros, en algunas ricas mansiones que aún han conservado su traza original, la columna es elemento de decoración interior, lujo y adorno, antes de los días del siglo XIX, en que la columna se lanzara a la calle y creara aún en días de decadencia arquitectónica evidente una de las más singulares constantes  del estilo habanero  “la increíble profusión de columnas, en una ciudad que es emporio de columnas, selva de columnas, columnata infinita, última urbe en tener columnas en tal demasía; columnas que, por lo demás, al haber salido de los patios originales, han ido trazando una historia de la decadencia de la columna  a través de las edades.”

Las columnas de las construcciones habaneras han ido trazando una historia afirmó Alejo CarpentierCarpentier citó zonas y calles de La Habana donde cualquiera que transite puede apreciar una gran cantidad de columnas en las edificaciones y detalló que hay  columnas de medio cuerpo dórico y medio cuerpo corintio; jónicos enanos, cariátides de cemento, tímidas ilustraciones o degeneraciones de un Vignola compulsado por cuanto maestro de obra contribuyera a extender la ciudad.

También destacó  que La Habana es ciudad que posee columnas en número tal  que ninguna población del continente, en eso podría aventajarla. Y aseguró: “Pero también tendríamos hacer un inmenso recuento de rejas, un inacabable catálogo de los hierros, para definir del todo los barroquismos siempre implícitos, presentes, en la ciudad cubana.”

Alejo Carpentier concluyó la intervención que hizo durante algo más de 25 minutos en la emisión del 17 de junio de 1966, en el programa La  Cultura en Cuba y en el mundo que atendió durante casi dos años en forma semanal la emisora Radio Habana Cuba que La Habana podría llamarse con razón “la ciudad de las columnas.”

Alejo Carpentier también dejó constancia de sus impresiones acerca de La Habana en un pequeño ensayo como un sincero y emocionado homenaje a su ciudad natal.

El ensayo él lo tituló precisamente La Habana, la ciudad de las columnas.

El recorrido arquitectónico que presenta este notable escritor se complementa con 75 fotografías que permiten comprobar la original belleza de la capital de todos los cubanos. La Habana también fue fuente de inspiración para Alejo Carpentier en su labor como novelista y esta ciudad aparece, con el encanto que la caracteriza, en algunas de sus obras.

 

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