La Habana: Acontecimiento Histórico del 3 de octubre
La Habana, por ser la capital del país, ha sido la sede de muchos delos acontecimientos de mayor trascendencia ocurridos en nuestro país durante más de seis decenios tras la victoria de la Revolución.
Y uno de esos instantes particularmente significativos y emotivos guarda relación con la fecha del tres de octubre de 1965 cuando se constituyó el primer Comité Central y se aprobó que la organización partidista se identificara como Partido Comunista de Cuba.
Desde el día primero un gran número de dirigentes de base del hasta entonces Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba se había reunido en el teatro Chaplín, en La Habana.
Fue en esa reunión en la que además de lo señalado también se acordó el nacimiento del periódico Granma, como órgano oficial del Comité Central del Partido, y su primera edición se produjo el día cuatro de octubre.
Al realizar la clausura de esa reunión el máximo líder de la Revolución destacó la trascendencia histórica que tenía el surgimiento del Comité Central del Partido y también hizo referencia a las características generales que de los que integraban dicho Comité.
Señaló al respecto: que no había episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no estuviese ahí representado y aseguró de inmediato que “…no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado.”
También Fidel precisó que ese Comité Central en su primera reunión efectuada había adoptado distintos acuerdos, entre ellos ratificar las medidas acordadas por la antigua Dirección Nacional, ratificar al Buró Político, al Secretariado y a las comisiones de trabajo, así como además al compañero electo para el cargo de Secretario de Organización.
Otro instante de especial connotación se produjo en ese acto de clausura de la reunión partidista cubana, cuando Fidel explicó los motivos por los cuales el nombre del Comandante Ernesto Che Guevara no aparecía entre los miembros del Comité Central del Partido.
Fidel manifestó que para explicar eso daría lectura a unas carta de puño y letra del Che que por sí misma se explica.
De inmediato leyó con detenimiento la carta de despedida que el Che Guevara le escribió cuando decidió salir de Cuba en el transcurso de ese año 1965 para dar su contribución a la causa de la lucha revolucionaria de otros pueblos en el mundo.
En una parte de dicha misiva el Che especificó: “Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución Cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo, que es ya mío. "Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, solo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.”
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor: aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... Y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté: esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura. “
El Che igualmente especificó: "Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo y que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución, y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré.”
Y tras concluir la lectura de la carta del Che Guevara, comentó Fidel:
Los que hablan de los revolucionarios, los que consideran a los revolucionarios como hombres fríos, hombres insensibles, u hombres sin entrañas, tendrán en esta carta el ejemplo de todo el sentimiento, de toda la sensibilidad, de toda la pureza que se puede encerrar en el alma de un revolucionario.”
Fidel expuso que el Che también dejó cartas para sus padres, hijos y para algunos cercanos compañeros.
Y en la parte final de su discurso el 3 de octubre de 1965 en La Habana Fidel también significó que una nueva época surge por entero en la historia de nuestro país, una forma distinta de sociedad, un sistema distinto de gobierno; el gobierno de un partido, del partido de los trabajadores, integrado por los mejores trabajadores, formado con la participación plena de las masas, para poder decir con toda justificación y con toda razón que es la vanguardia de los trabajadores y que es la representación de los trabajadores en nuestra democracia obrera y revolucionaria.
Y seguidamente precisó: “Y será mil veces más democrática que la democracia burguesa, porque marcharemos hacia formas administrativas y políticas que implicarán la constante participación, en los problemas de la sociedad, de las masas, a través de los organismos idóneos, a través del Partido, en todos los niveles.”
Algo más de diez años después el Partido Comunista de Cuba celebró su primer congreso, exactamente se realizó entre el 17 y el 22 de diciembre en el mismo teatro donde tuvo lugar la reunión efectuada en 1965, sólo que ya en ese instante la edificación se identificaba, precisamente, con el nombre de Karl Marx.
Ese congreso tuvo como peculiaridad que además de producirse el acto de clausura en la citada instalación, en realidad se produjo en la Plaza de la Revolución “José Martí”, en La Habana, su clausura simbólica en una gran concentración popular en la que participaron centenares de miles de cubanos.
Al hablar en ese acto Fidel le aseguró al pueblo: “Hoy solo quiero decirles —en esa convicción y en esa confianza de que nuestro camino, ancho y hermoso, se abre por delante— que este acto, este encuentro de hoy entre el Partido y las masas, entre el Comité Central y las masas, constituye uno de los acontecimientos más extraordinarios de nuestro proceso revolucionario, y uno de los días más felices de nuestras vidas.”
Edición: Maria Salomé Campanioni