El Doctor Emilio Roig de Leuchsenring: un verdadero maestro de nuestra historia.
El máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro al hablar en La Habana el 15 de enero de 1960, en el acto por el vigésimo aniversario de la creación de la Sociedad Espeleológica de Cuba destacó la aspiración de convertir a Cuba en un país de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento.
Y al referirse específicamente, a uno de los participantes en el acto, quién ya era una personalidad por las importantes investigaciones y labor realizada en el campo de la historia, en este caso se trataba del Doctor Emilio Roig de Leuchsenring, aseguró:
“Y aquí a nuestro lado está un verdadero maestro de nuestra historia, Roig de Leuchsenring, que ha escrito la historia de los esfuerzos de nuestra nación durante más de un siglo por ser una nación libre, por ser una nación soberana.”
Nacido el 23 de agosto de 1889 en la calle Acosta en la edificación marcada con el número 40, en La Habana, Emilio Roig en el transcurso de su fecunda existencia llegó a ser un notable investigador quién de manera muy especial con la labor realizada como Director Fundador de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, propició el desarrollo de la difusión de la historia y características de la capital cubana.
Cursó inicialmente estudios en el colegio de Belén y con posterioridad obtuvo el título de Doctor en Derecho en la Universidad de La Habana. Realizó una significativa labor en el campo de la investigación histórica, así como también en el periodismo.
Trabajó intensamente en la preservación de los valores más auténticos del patrimonio material y espiritual de nuestro país, y particularmente de La Habana.
Desde 1935 desempeñó las funciones de Historiador de la Ciudad y fue también fundador del Museo de la Ciudad de La Habana.
Varios años después, exactamente en 1940, fundó la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales.
Promovió igualmente la labor de otras instituciones tales como la Junta Nacional de Arqueología y Etnología y la Comisión de Monumentos Históricos.
El Doctor Emilio Roig en múltiples conferencias que ofreció, así como en intervenciones públicas y a través de la radio, explicó la importancia de la Historia y de las justas y valiosas tradiciones populares.
Fue además defensor de las mejores causas de todos los hombres del mundo y se solidarizó, por ejemplo, con la lucha del pueblo de Puerto Rico y la del pueblo español, respectivamente.
Él viajó a distintos países y en disímiles oportunidades patentizó su gran amor por los pueblos de América Latina.
Emilio Roig además tuvo a su cargo la organización de varios congresos nacionales de historia, publicó numerosos artículos y editó distintos libros.
Precisamente entre los temas tratados por él en sus trabajos periodísticos y libros, se encuentran La ocupación de la República Dominicana por los Estados Unidos y El derecho de las pequeñas nacionalidades en América.
También analizó y publicó aspectos relacionados con la vida de nuestro Héroe Nacional José Martí.
Entre los trabajos presentados por él en los congresos de historia estuvieron: Martí en España, La España de Martí y Martí Antimperialista. Por supuesto varios de sus libros igualmente guardan relación con La Habana.
Emilio Roig no sólo luchó por la soberanía nacional en el plano teórico, es decir con sus investigaciones de carácter histórico, sino que además se vinculó a intelectuales revolucionarios, entre ellos, Rubén Martínez Villena con quien participó en varias actividades en el denominado Grupo Minorista.
Su firme y vertical posición antimperialista le mereció el reconocimiento fraternal de Julio Antonio Mella.
Emilio Roig de Leuchsenring falleció en La Habana el 8 de agosto de 1964.
Un gran continuador de la obra de Emilio Roig, fue Eusebio Leal Spengler, quién también dirigió durante varios decenios la Oficina del Historiador de la Ciudad.
En una de las entrevistas que le realizó Magda Resik, Directora de Habana Radio, Leal detalló que conoció al doctor Roig poco tiempo después del triunfo de la Revolución, cuando empezó a trabajar en el departamento de Ingresos del Gobierno Revolucionario Municipal.
Y al referirse a las características de Roig, Leal precisó:
“Era un aliado de la perfección y del detalle. Cuando se iba de la oficina todo quedaba hecho.”