
Significación de la vida y la obra de Antonio Maceo y Grajales
Antonio Maceo y Grajales, nacido el 14 de junio de 1845 en Santiago de Cuba, sobresalió por sus cualidades como combatiente por su participación en la guerra la guerra por la independencia de Cuba.
Y también se destacó por la firmeza de sus principios.
Precisamente José Martí consideró que Antonio Maceo no sólo era un singular combatiente con las armas en la mano sino que, además, sobresalía por sus ideas, por sus convicciones patrióticas..
En un trabajo publicado en el periódico “Patria”, el 6 de octubre de 1893, al reflejar una semblanza acerca del bravío luchador independentista, unos días después de haberse entrevistado con Maceo en Costa Rica, Martí describió las cualidades, sensibilidad y firmeza de quién la historia de Cuba ha identificado en forma metafórica como el Titán de bronce.
Martí resumió en una frase breve pero llena de simbolismo la entereza de los principios de Antonio Maceo al exponer: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo.”
Resaltó además cuál podría ser el aporte de Antonio Maceo a Cuba al manifestar: “Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales el vigor y la grandeza.”
Antonio Maceo, en unión de miembros de su familia, entre ellos sus padres, se incorporó a la guerra dos días después de haberse iniciado el 10 de octubre de 1868.
De simple soldado llegó a alcanzar el grado de Mayor General del Ejército Libertador.
Llegó a realizar acciones de carácter política de especial relevancia como la Protesta de Baraguá, acerca de la cual también Martí aseguró que era entre lo más glorioso de nuestra historia.
El 15 de marzo de 1878 en una entrevista con el general español Arsenio Martínez Campos quién tuvo el propósito de convencerlo para que aceptara el Pacto del Zanjón firmado con antelación y que significaba el fin de la guerra, Maceo ratificó su disposición de proseguir la lucha y que no aceptaba deponer las armas sin haberse logrado la independencia de Cuba ni la abolición de la esclavitud.
No pudo mantenerse en pie de lucha durante un tiempo prolongado debido a las condiciones adversas que debió enfrentar y tuvo que salir del territorio cubano.
Pero aún desde la distancia física siempre se mantuvo al tanto de la situación existente en Cuba y patentizó su disposición de reanudar los combates.
Inicialmente en unión de Máximo Gómez en los años de la década del ochenta concibieron un plan que no llegó a hacerse realidad.
Pero años después cuando en 1893 José Martí se hallaba trabajando afanosamente en tratar de reorganizar la guerra por la independencia de Cuba, y fue a entrevistarse con él en Costa Rica, ratificó su disposición de dar su contribución a ese empeño
Y el primero de abril de 1895 en una expedición llegó a Duaba, en la zona oriental del territorio cubano.
Una vez más demostró sus condiciones como combatiente y uno delos jefes principales del Ejército Libertador.
Llegó incluso a realizar lo que fue calificado como una proeza ó hazaña desde el punto de vista militar, la invasión de una Columna invasora que salió desde Mangos de Baraguá, en la parte oriental, y llegó a Mantua en la zona occidental de Cuba.
Antonio Maceo cayó en combate el 7 de diciembre de 1896 en la zona de San Pedro, en Bauta.
Su cadáver y el de su ayudante Francisco Gómez Toro pudieron ser rescatados por los luchadores cubanos y finalmente los restos de ambos resultaron en forma secreta depositados en el Cacahual, en La Habana, donde en la actualidad hay un gran complejo monumentario.
Acerca de la vida y labor de Antonio Maceo habló en varias ocasiones el máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro.
Por ejemplo el 10 de octubre de 1968, en el acto conmemorativo por el centenario del inicio de la guerra por la independencia de Cuba, al recordar uno de los más trascendentales hechos realizados por Antonio Maceo, en este caso el 15 de marzo de 1878, la Protesta de Baraguá, Fidel dijo: “Y es en esos instantes —en el instante de la Paz del Zanjón, que puso fin a aquella heroica guerra— cuando emerge, con toda su fuerza y toda su extraordinaria talla, el personaje más representativo del pueblo, el personaje más representativo de Cuba en aquella guerra, venido de las filas más humildes del pueblo, que fue Antonio Maceo.”
También en 1878, exactamente el 15 de marzo, al conmemorarse el centenario de la histórica Protesta de Baraguá, Fidel igualmente expuso: “Lo que sí puede afirmarse es que con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto.”