Aniversario 60 de la Segunda Declaración de La Habana
En una multitudinaria Asamblea General del Pueblo de Cuba, efectuada en la Plaza de la Revolución “José Martí”, se aprobó el 4 de febrero de 1962 la Segunda Declaración de La Habana, contundente respuesta a la agresión en el campo diplomático fraguada por los Estados Unidos de América contra Cuba en el seno de la Organización de Estados Americanos, OEA.
Después de una serie de agresiones cometidas por bandas contrarrevolucionarias desplegadas por diferentes lugares del territorio nacional y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, y el fracaso de la invasión mercenaria, se propició que Cuba fuese expulsada de la Organización de Estados Americanos durante una reunión desarrollada en Punta del Este, Uruguay, en la que los gobiernos latinoamericanos con excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas con Cuba.
Como respuesta categórica la dirección de la Revolución convocó al pueblo cubano a volver a reunirse en asamblea general en la que antes de someter a la consideración la Segunda Declaración de La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro señaló: “Se reúne por segunda vez, con carácter de órgano soberano de la voluntad del pueblo cubano, esta Asamblea General en el día de hoy; y se reúne para dar cabal respuesta a a la maniobra, a la conjura, al complot de nuestros enemigos en Punta del Este.”
Y agregó: “En todo el mundo están puestos los ojos sobre nuestro pueblo en el día de hoy; los pueblos de todos los continentes están esperando esta respuesta de nuestra patria.”
También Fidel expuso:
La palabra de Cuba está respaldada por un pueblo entero; la palabra de la representación de Cuba, allí donde habló para los pueblos y para la historia, estaba respaldada por un pueblo entero. ¡Por eso vale nuestra palabra, por eso vale ante los ojos del mundo, por eso vale ante la historia! Porque los que allí hablaron contra nuestra patria sus mentiras, no hicieron más que repetir las consignas criminales de sus amos. Y detrás de las palabras huecas de los impugnadores de la patria cubana, no había un pueblo; detrás estaban los asesinos de obreros y de estudiantes, de campesinos; detrás estaba lo más corrompido, lo peor de nuestras hermanas naciones. ¡Pueblo no, sino ausencia de pueblo, vacío de pueblo!”
Después de haber detallado otras consideraciones Fidel leyó el documento que se ponía a la consideración de los congregados en la Plaza de la Revolución “José Martí” en simbólica representación de todo el pueblo de Cuba el cual resultó aprobado por aclamación.
Cuba en su marcha de gigantes
En la Segunda Declaración de La Habana quedó patentizada la decisión del pueblo cubano de seguir resistiendo y construyendo el socialismo a pesar de las dificultades y presiones que recibía y recibiría por parte del imperialismo yanqui y sus títeres.
Se ratificó la solidaridad de Cuba con todos los revolucionarios que luchaban en cualquier parte del mundo por la conquista de la plena independencia de sus respectivos países.
Esa Segunda Declaración de La Habana se convirtió en una verdadera reafirmación de principios, a favor de la proyección y vocación latinoamericana de la Revolución Cubana.
Históricas fueron algunas de las afirmaciones que allí se consignan, tal es la frase icónica que reza:
"Porque esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. ¡Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia!."