Fidel, siempre en marcha indetenible
José Martí aseguró que la muerte no es verdad cuando se cumple bien la obra de la vida. Tengo en cuenta este principio martiano para evocar hoy la vida y la obra de quién fue un admirador de su existencia y un continuador suyo, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en ocasión de cumplirse este 25 de noviembre el quinto aniversario de su desaparición física.
Y es que Fidel sigue y seguirá viviendo en el pueblo cubano y en múltiples hombres y mujeres en diferentes partes del mundo que aprecian su labor y que como él también trabajan y luchan por el bienestar de sus respectivos pueblos y de la humanidad.
Fidel tuvo una vida larga y fecunda. Falleció en La Habana cuando contaba 90 años.
En lo que fue su última intervención pública realizada en esta capital de todos los cubanos ante los participantes en el séptimo congreso del Partido Comunista de Cuba, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2006, Fidel señaló: “Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos.”
También precisó: “A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá.”
Y al referirse específicamente al quehacer del pueblo cubano igualmente afirmó: “Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible.”
El legado de Fidel es fuente permanente de enseñanza y motivación. Él le dio una especial connotación a la actitud de los seres humanos y a su debida formación, llevó a la práctica el valor de los principios, la relevancia de las ideas y también patentizó su amor por la humanidad.
En muchas ocasiones se refirió a estos temas en los discursos que pronunció tanto en Cuba como en eventos internacionales en los que participó, o en las visitas que realizó a distintos países.
Un ejemplo de ellos fue el 9 de agosto de 1999 en el acto de graduación de estudiantes del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, expuso:
“Soñamos con un mundo mejor, un mundo más justo, un mundo realmente más humano por el cual todos tenemos el deber de luchar.”
Y añadió más adelante que:
"... esa humanidad está amenazada por un enorme número de peligros en todas partes pero que ello no le dan derecho tampoco a nadie a perder la fe en el hombre, a perder la fe en un destino mejor para ella".
Fidel fue consecuente con lo que expresó y en tal sentido actuó en plena correspondencia con sólidos principios. Y esos principios detallados por Fidel, al igual que los de José Martí, continúan hoy sirviendo de guía e inspiración.
Ya desde los primeros años del período revolucionario Fidel se había referido a la actitud que debía mantenerse por parte del pueblo cubano para hacerle frente a las agresiones que se realizaban o intentaban llevarse a cabo por los gobernantes de Estados Unidos y los elementos contrarrevolucionarios contra Cuba.
Así Fidel el 28 de septiembre de 1960 se refirió en La Habana en un acto que tuvo lugar frente al entonces Palacio Presidencial en el que los habitantes de la capital le tributaban una cordial bienvenida a su regreso de Nueva York después de haber hablado en la sede de la Organización de Naciones Unidas.
Fidel resaltó en esa oportunidad: “Y nosotros estamos aquí en esta primera línea: un país pequeño, de recursos económicos escasos, librando, de frente, esa lucha digna, decidida, firme y heroica por su liberación, por su soberanía, por su destino".
También manifestó:
Hay que estar muy conscientes de que nuestra patria se enfrenta al imperio más feroz de los tiempos contemporáneos, y, además, hay que tener en cuenta que el imperialismo no descansará en sus esfuerzos por tratar de destruir la Revolución, por tratar de crearnos obstáculos en nuestro camino, por tratar de impedir el progreso y el desarrollo de nuestra patria. Hay que tener presente que ese imperialismo nos odia con el odio de los amos contra los esclavos que se rebelan. Y nosotros somos para ellos como esclavos que nos hemos rebelado, ¡y bien rebelados! Y no hay odio más feroz que el odio del amo contra la rebeldía del esclavo; y a ello se unen las circunstancias de que ven sus intereses en peligro; no los de aquí, sino los de todo el mundo.”
En el transcurso de los últimos años Cuba ha tenido que seguir enfrentándose a diversos peligros, amenazas y acciones encaminadas a procurar la desestabilización y el aniquilamiento de la Revolución. Sobre todo a través de una guerra en el ciberespacio se ha tratado de presentar una imagen tétrica del país y también causar el desconcierto en el seno del pueblo cubano, que unido a ello tiene que encarar problemas y limitaciones, causadas en gran medida por el recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos a nuestro país a través de más de 60 años.
En las actuales circunstancias en que se desarrolla la vida del pueblo cubano cobra mayor trascendencia que siempre tengamos en cuenta que la mejor manera de continuar defendiendo a la Revolución, y seguir honrando a Fidel, guardara relación con la firmeza en lo que respecta a la defensa y desarrollo de la Revolución, así como con el trabajo que entre todos podamos realizar para encarar y superar los problemas.
Así Fidel está y estará presente en la vida del pueblo cubano, en la obra de la Revolución. #FidelVive #FidelPorSiempre
Precisamente el General de Ejército Raúl Castro, planteó lo siguiente cuando habló en la Plaza de la Revolución “José Martí” en el acto en homenaje póstumo al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz: “Fidel consagró toda su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución socialista “de los humildes, por los humildes y para los humildes” que se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonialista, antiapartheid y antimperialista, por la emancipación y la dignidad de los pueblos.”
Por todo ello Fidel siempre está en marcha indetenible.
Autores: Víctor Pérez-Galdós y Maria Salomé Campanioni