El 25 de octubre de 1897 en la finca La Chorrera, en la zona del Calvario, en La Habana, se produjo la caída de Adolfo del Castillo Sánchez en un enfrentamiento con soldados españoles. Nacido el primero de noviembre  de 1864 en Sancti Spíritus él llegó a ser un destacado luchador por la independencia de Cuba. Sus padres  en una firme actitud patriótica cuando él tan sólo tenía cinco años decidieron incorporarse a la lucha por la independencia de Cuba. 

Su padre fue herido dos veces y cuando estaba casi recuperado una grave enfermedad le ocasionó la muerte. Esta pérdida irreparable provocó que su madre en unión de sus hijos abandonara la finca donde se encontraban, trasladándose para Sancti Spíritus, pero poco tiempo después también ella falleció. Entonces Adolfo, cuando tenía ocho años, empezó a ser atendido por una tía suya.

Inicialmente estudió en un colegio de la ciudad, en el que se mantuvo muy poco tiempo porque después continuó estudiando bajo la atención directa de una profesora que tenía fama por su rectitud con sus alumnos.  Su tía y padrino tuvieron que afrontar dificultades económicas y  debido a ello otro pariente se hizo cargo de él y lo llevó a una finca de las proximidades de Sancti Spíritus donde tuvo que  trabajar en las faenas que le fueran encomendadas. 

Tras concluir la guerra de los diez años su tío decide llevárselo consigo a Guanabacoa, en La Habana, con la esperanza de encaminarlo mejor. Cursó el bachillerato y después inició los estudios de medicina. Adolfo del Castillo Sánchez desde 1890 había contraído matrimonio y  por esa época su tío se trasladó hacia Remedios y entonces él tuvo que encarar sólo las obligaciones para mantener su hogar.Convencido de que ya en Guanabacoa no podría encontrar medios para una subsistencia, se trasladó en unión de su joven esposa hacia  el poblado de San Antonio de las Vegas. 

Más allá de su lucha por la supervivencia él estaba al tanto de la labor conspirativa que en La Habana se realizaba, sobre todo Juan Gualberto Gómez, y por ello sabía que estaba próxima la  reanudación de la guerra. En 1895 conoce del levantamiento que se ha producido en distintos lugares de Cuba. En ese mismo año cuando la invasión encabezada por Antonio Maceo llega al territorio habanero se incorpora de modo directo a la lucha.  Por su actitud en las acciones en que participó se le otorgó primero el grado de Comandante y después el de Brigadier.  Participó en la ocupación de varios poblados en la provincia de La Habana y participó en forma activa luchando hasta que se produjo su fallecimiento.  En la actualidad en la zona de Guanabacoa, en la que pasó varios años, hay una tarja en un pequeño parque que lleva su nombre y también existe un obelisco en el sitio donde se produjo su caída en combate en El Calvario.