Un acto de gran simbolismo efectuado en La Habana en el año inicial de la Revolución Cubana tuvo lugar el 14 de septiembre de 1959 cuando el entonces campamento militar de Columbia fue entregado al Ministerio de la Educación y se convirtió en lo que hoy conocemos como Ciudad Libertad.

Ese día se inició el primer curso escolar del período revolucionario en el país.

En el acto estuvieron presentes además de un gran número de maestros y trabajadores del sector de la educación, miles de niños con los cuales conversó el máximo líder de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro al pronunciar el discurso de clausura.

Fidel les señaló a los infantes: “Hacía mucho tiempo –y yo quiero que me oigan- que estábamos deseando esta oportunidad, y de todos los actos y de todos los hechos que hemos vivido desde que iniciamos esta lucha revolucionaria, ningún momento más feliz para nosotros que éste, y les voy a explicar por qué.”

Y añadió seguidamente: “Porque este acto de hoy, esta reunión de ustedes, los niños cubanos, con nosotros es el acto más hermoso de esta Revolución porque quiere decir que ustedes no van a vivir  como nosotros, quiere decir que ustedes no van a sufrir  lo que nosotros sufrimos.”

Fidel explicó que no fue fácil tomar esta fortaleza y recordó que miles de compañeros habían caído durante la lucha contra la dictadura batistiana.

Más adelante les explicó a los escolares presentes en el acto: 

Ustedes tienen hoy lo que nosotros estuvimos deseando siempre, es decir, que esta fortaleza desapareciera, y no pudimos ver realizado este sueño cuando nosotros éramos jóvenes como Uds. Muchos jóvenes que fueron estudiantes, colegiales como Uds., tuvieron que pagar con su vida esta conquista. Así que la mayor gratitud de los niños tiene que ser para los compañeros que murieron en la lucha. La mayor reverencia tiene que ser para los rebeldes que murieron, los revolucionarios que murieron para hacer realidad este sueño de tener algún día convertida en Centro  Escolar la fortaleza militar de Columbia.”

Fidel Castro reflexionó con los niños asistentes a ese acto sobre la importancia que tenían que ellos estudiaran.

¿Qué es lo primero que tienen que hacer?... ¡Ah!, estudiar. Entonces, el niño que no estudie no es un buen revolucionario, porque el niño que no estudie no sabrá hacer las cosas bien hechas y le pasará lo que nos pasa a nosotros, que vamos a hacer algo y no nos sale bien, todo lo bien que queremos. Así que el niño que no estudie no es un buen rebelde, no es un buen revolucionario, porque si quieren ayudar a la Revolución, si quieren ayudar a los rebeldes, si quieren ayudar  a su patria, tienen que estudiar, porque el que no sepa hacer las cosas no puede ayudar a nadie, se equivoca y aunque las quiera hacer bien no las puede hacer bien, porque no sabe.”

Y añadió:  “Yo quiero que los niños jueguen, que tengan campos deportivos, que tengan playas, que naden, que se diviertan, que hagan excursiones por el campo… Pero queremos que también estudien…”

Y en la parte final de su discurso Fidel le patentizó al doctor Armando Hart, Ministro de Educación:  “Compañero Ministro de Educación: en sus manos ponemos esta fortaleza y de ella arriamos nuestra bandera victoriosa, para entregarle a la educación la fortaleza conquistada. Esperamos que este acto marque el inicio de una nueva era en la educación y que el centro de alta enseñanza que aquí se establezca, llegue a convertirse en el primero de toda la América.”

• El campamento militar de Columbia: un poco de historia

La historia del antiguo campamento militar de Columbia data de finales del siglo XIX. 

Dicho campamento comenzó a ser edificado en 1899 para servir de sede principal de las tropas norteamericanos que habían ocupado el territorio cubano. No fue este campamento una fortaleza militar en el sentido de su estructura por no contar con gruesos muros, con baluartes, almenas y fosos.

Tras cesar la ocupación directa estadounidense del territorio nacional campamento de Columbia fue transformado en cuartel principal del  ejército cubano y a partir de 1933 allí radicó la sede de su Estado Mayor.  A Columbia se le asoció como una especie de símbolo de poder de los gobiernos existentes en Cuba durante la etapa seudorrepublicana. 

El 10 de marzo de 1952 Fulgencio Batista penetró en esta gran fortaleza militar para llevar a cabo un golpe de estado mediante el cual  se apoderó  del poder e instauró una dictadura militar reaccionaria en el país durante varios años.

Varios días después de la victoria de la Revolución en Columbia se efectuó un emotivo acto. Esto ocurrió exactamente el 8 de enero de 1959 cuando se produjo la llegada de la Caravana de la Libertad a La Habana encabezada por Fidel Castro.

En el transcurso de 1959 Columbia se mantuvo ocupado por integrantes del Ejército Rebelde hasta que posteriormente se transformó en un gran centro al servicio de la educación.

Con el decursar del tiempo el Gobierno Revolucionario convirtió otras antiguas instalaciones militares en centros escolares, tanto en La Habana como en otros lugares de Cuba.