Salvador Allende, quien llegó a ser presidente de Chile entre 1970 y 1973 murió el 11 de septiembre de 1973 cuando decidió enfrentar a los que llevaban a cabo un golpe de estado, fue un gran amigo de Cuba.

Allende se mantuvo en el Palacio de Gobierno que era ametrallado y asaltado por los golpistas, sus últimas palabras se escucharon para Chile y para el mundo por Radio Magallanes.

Este presidente nació en la ciudad de Valparaiso, el 26 de junio de 1908. Su infancia se desarrolló en medio de una compleja situación político-social. El triunfo de la Revolución de Octubre, aunque lejano geográficamente, abriría en él profundas interrogantes que tiempo después le llevarían a introducirse en los problemas sociales por los que atravesaba el mundo y particularmente su país natal.

Mientras cursaba estudios universitarios asumió responsabilidades como dirigente estudiantil y su pensamiento fue incorporando definiciones conceptuales y teóricas que le sirvieron para ir caracterizando la personalidad política que le acompañaría hasta la muerte. De simple militante llegó a asumir una de las direcciones regionales de su partido político.

Por sus ideas políticas y entrega total a la causa de los explotados, Allende llegó a ser calificado como un peligroso agitador, y hecho prisionero durante el desborde represivo desencadenado por el régimen de turno existente en Chile a mediados de los años 30 de la pasada centuria.

A partir de la década de los años 30 del siglo 20, Allende tuvo una participación muy activa en la esfera política de su país. Sus dotes de conductor y líder le llevaron a fundar y asumir la dirección de varias organizaciones progresistas, entre ellas el Bloque de Izquierda.

Esta alianza estaba dotada de un profundo contenido histórico que sirvió de base para la causa popular y el desarrollo de la nación chilena, y fue el antecedente inmediato del Frente Popular, que contribuyó al acceso de Allende a la Cámara de Diputados, en 1937.

Igualmente participó en la fundación de las Milicias Socialistas y asumió la Secretaría General del Partido Socialista. Fue electo varias veces diputado y candidato a la presidencia del país, cargo que ocupó finalmente en 1970.

El once de septiembre de 1973, un golpe de estado organizado por la derecha chilena, y apoyada por las transnacionales norteamericanas, puso fin a su gobierno.

Allende murió ese mismo día defendiendo la unidad popular que había logrado mantener durante tres años.  

Allende fue un gran amigo de Cuba y un gran admirador de la Revolución cubana y de su máximo líder Fidel Castro.

En febrero de 1959, a menos de dos meses de haberse producido en Cuba el triunfo revolucionario Allende visitó La Habana y departió con Fidel.

Con posterioridad él visitó Cuba en otras ocasiones, particularmente en diciembre de 1972 cuando ya en sus funciones como Presidente fue recibido en forma multitudinaria por los habitantes de La Habana y habló en un acto de amistad celebrado en la Plaza de la Revolución José Martí.

En Cuba y de manera específica en La Habana se le rinde homenaje a Salvador Allende. Su nombre identifica en la actualidad de manera oficial una de las principales avenidas de la capital cubana, así como a un gran centro hospitalario.

También en la calle G ó Avenida de los Presidentes se le refleja en un bello monumento, obra de la escultora chilena Mónica Bonster.

En dicha obra escultórica la figura de Allende se levanta sobre una base envuelto en una bandera chilena cuyos pliegues procuran dar la idea de que vuela al viento. Se presenta a Allende con uno de sus brazos en alto, en señal de saludo ó como si estuviera dirigiéndose al pueblo.

La Habana y Cuba llevan en su memoria el legado de este mártir-presidente, pero Chile, su patria natal, lo enaltece en su obra, y memoria, en su accionar de cada día en la batalla por la conquista de sus derechos humanos.