“ESPECIES INVASORAS”
Según The Living Planet Report en 2020, las invasiones biológicas o “especies invasoras” se clasifican dentro de las cinco principales amenazas a la biodiversidad a nivel global y la segunda en importancia, después del cambio climático. Es que la alta interconexión que existe entre las diferentes partes del planeta, hace que muchas especies expandan sus territorios hasta sitios donde evolutivamente no habrían existido. Cuando una especie vegetal o animal llega a un nuevo hábitat donde no tiene poblaciones naturales, se le denomina “alóctona”.
El proceso de introducción de especies en los territorios puede darse de forma accidental, o sea, especies polizones en cargas o escapes de especies de laboratorios o granjas (p.e.: se supone que el pez león o el mejillón verde hayan llegado a aguas cubanas a través del transporte marítimo) La introducción se da muchas veces de manera intencional, o sea, se trasladan especies de plantas o animales de una región a otra por motivos económicos, culturales o simplemente ornamentales (p.e. la rana toro es una especie norteamericana introducida en muchos países por el alto valor comercial de su carne). En todos casos, es el humano el principal responsable de estas dispersiones.
Una especie alóctona puede establecerse y causar poco o ningún daño en un nuevo ecosistema. La yagruma o la caña brava son especies de plantas introducidas en nuestro país y que, al parecer, no han causado grandes problemas hasta la fecha. O sea, no se consideran invasoras. Sin embargo, otras especies tienen mecanismos de reproducción y dispersión mucho más eficientes que las hacen dominar en los nuevos ecosistemas y volverse “invasoras”. Las especies invasoras actúan a través de diversos procesos biológicos cuyos resultados producen impactos ambientales o ecológicos negativos sobre las especies nativas de cada territorio. Dentro de estos impactos cabe destacar el decline o extinción de especies por depredación o por la competencia por los recursos. P.e. Los gatos y perros, aunque son especies domésticas, han sido introducidos por el hombre en muchos cayos del archipiélago. Como son depredadores generalistas muy voraces, se alimentan de casi todo lo que encuentran, desde aves, jutías, iguanas y cangrejos; llevando a la eliminación de muchas de estas especies nativas en los cayos. La claria es quizás el ejemplo más cercano, una variedad de pez gato capaz de respirar fuera del agua, que fue introducido en la isla como parte de un proyecto de piscicultura y que rápidamente se dispersó debido a fuertes lluvias causadas por huracanes en 2001 y 2002. Esta especie incluye en su alimentación desde aves, lagartos, peces, anfibios, insectos y gusanos.
Una problemática asociada a estas especies y que adquiere cada vez más interés es la transmisión de enfermedades y parásitos. Las especies invasoras traen consigo sus enfermedades, que pueden ser transmitidas tanto a la biodiversidad nativa, como al humano. Tal vez los ejemplos más significativos en este aspecto se encuentren en la transmisión de enfermedades desde los animales domésticos a fauna silvestre y viceversa, como la tuberculosis bovina o el Distemper Canino. También han sido la causa principal del surgimiento de brotes de enfermedades como la Influenza Aviar y la Quitridiomicosis en anfibios.
Pero además tienen un impacto socioeconómico, con consecuencias directas e indirectas, que producen pérdidas económicas millonarias para muchos países. Las cifras de pérdidas estimadas en regiones de Europa, India y Estados Unidos sobrepasan las decenas de miles de millones de dólares anuales. Estas cifras pueden calcularse por las afectaciones directas a sectores como la agricultura, la ganadería, el comercio, el Turismo, entre otras.
El marabú es una especie vegetal africana altamente dañina en nuestro país, que cubre grandes extensiones de suelos (potencialmente agrícolas) y además tiene la capacidad de desplazar a especies vegetales autóctonas.
Los principales daños que ocasiona el mejillón verde en Cuba están relacionados con las pérdidas económicas, al adherirse a estructuras industriales, hormigón y embarcaciones además de la reducción de la eficiencia en la generación eléctrica.
La forma más efectiva para evitar estos impactos causados por las invasiones biológicas es la prevención; una vez que esto ha fallado, la erradicación temprana es la mejor alternativa, considerando el costo y los efectos no deseados relacionados al “control permanente” o a la "política de no hacer nada". Es que, si bien las invasiones pueden ser controladas en cualquiera de sus etapas de desarrollo, existe el inconveniente de que el costo del control va en aumento hasta hacerse casi prohibitivo en las fases más avanzadas, de ahí la importancia de la rapidez en la respuesta ante las invasiones.
Las estrategias de control de las especies invasoras son variadas van a depender mucho de la especie en cuestión, su biología y estrategias de colonización. Para el control de las especies vegetales, por ejemplo, estas estrategias van desde el uso de herbicidas hasta los fuegos controlados. En las especies animales se emplean las capturas y remociones, la esterilización, el uso de venenos, el control biológico, entre otros. Cada una de estas acciones de control tiene sus inconvenientes, por lo que se requiere preparación y conocimiento para su uso. Por mencionar un ejemplo, es sabido por todos que la manera más efectiva de eliminar al caracol africano, es la remoción y eliminación de los individuos. Sin embargo, esto debe hacerse empleando medidas de seguridad, pues esta especie porta el parásito causante de meningitis en el humano.
La biodiversidad en Cuba, por su condición de isla, es especialmente vulnerable a los efectos de las especies invasoras y son múltiples los ejemplos de invasiones que hemos sufrido. El marabú, la rana toro, la claria, el mejillón verde, el pez león, la mangosta (mal llamada hurón) y el caracol africano son solo algunas de las especies invasoras con las que convivimos. De sus efectos y medidas de control estaremos comentando en los siguientes artículos.
Creado por MSc:Olaida Cañizares Peña