El 26 de julio de 1953 dos mujeres  formaron parte del grupo de combatientes revolucionarios que realizaron una audaz acción en Santiago de Cuba para iniciar la lucha contra la dictadura militar reaccionaria existente en el país en esos momentos. Ellas fueron Haydée Santamaría Cuadrado y Melba Hernández.

Haydée nació en el entonces identificado como central Constancia en la otrora provincia de Las Villas.

Estudió la primaria en una escuelita donde un maestro atendía todos los grados. Él le enseñó lo que significan los nombres de Céspedes, Agramonte, Maceo y en especial José Martí.

Al terminar la primaria se prepara para ingresar en la Escuela de Enfermeras, lo que no logra alcanzar. Su hermano menor Abel se traslada a La Habana, y pronto se reúne con él.

Desde muy joven se sensibilizó con los problemas sociales que la rodeaban. Militó en las filas de la Juventud Ortodoxa.

Tras el golpe de estado del 10 de marzo de 1952, junto a su hermano Abel y otros revolucionarios editan los periódicos clandestinos Son los mismos y después El Acusador.

Después de conocer a Fidel Castro su pequeño apartamento de 25 y O en La Habana se convierte en centro del naciente movimiento revolucionario, conocido como Generación del Centenario.

Participó en las acciones del 26 de julio de 1953 junto a su hermano Abel y ocupó el Hospital Civil Saturnino Lora, donde prestó auxilios a los que resultaran heridos, incluso a un integrante de la tiranía.

En tal sentido tanto ella como Melba Hernández ayudaron al doctor Mario Muñoz.

Tras concluir el enfrentamiento ella igualmente resultó detenida y trasladada hacia el cuartel “Moncada”

Para tratar de intimidarla y que brindara información acerca de los participantes en las acciones y sus posibles vínculos con otros sectores de la población los soldados le dijeron que su hermano y novio (en este caso el también combatiente Boris Luís Santa Coloma) habían sido torturados.

Como muestra de ello, le mostraron un ojo de Abel y los restos de los genitales de su novio. Pese a ello no pudieron sacarle ninguna información y al contrario ella respondió firmemente:  “...morir por la patria es vivir.”

En su alegato conocido como La Historia me absolverá, expuesto por Fidel en el juicio que se le siguió, manifestó al referirse a la actitud heroica de Haydée Santamaría ante ese vil hecho. Fidel dijo: “Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana.”

Haydée y Melba fueron condenadas a prisión y enviadas al Reclusorio Nacional para Mujeres, en Guanajay. Fue liberada el 20 de febrero de 1954.

Casi inmediatamente después del excarcelamiento participó en la impresión y distribución del manifiesto A Cuba que sufre, en el cual Fidel y sus compañeros de presidio patentizaban su decisión irrevocable de continuar la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista.

También Haydée , en unión de Lidia Castro y Melba Hernández, recopiló y organizó las notas que Fidel iba logrando sacar de la prisión, escritas con zumo de limón y en la cual reconstruía su alegato en el juicio del Moncada, que luego sería conocido como La Historia me absolverá.

Desde la clandestinidad, desempeñó un papel decisivo en la reagrupación de las fuerzas revolucionarias para la lucha armada y participó en la organización del alzamiento del 30 de noviembre de 1956 que tuvo lugar en Santiago de Cuba.

En febrero de 1957 ella formó parte del grupo de dirigentes del  Movimiento  26 de Julio que fueron a la Sierra Maestra a entrevistarse con Fidel.

Después salió de Cuba, designada por Fidel como delegada del Movimiento 26 de Julio, para aglutinar las fuerzas en el exterior y obtener armas.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana, trabaja durante un corto tiempo en el Ministerio de Educación. Seguidamente en el propio año 1959 Fidel le confía la misión de fundar una institución cultural que sería emblema entre los intelectuales y críticos de todo el orbe: la Casa de las Américas.

Desde su fundación Haydée fue la Presidenta de esa institución,  responsabilidad que  continuó atendiendo hasta que se produjo su fallecimiento el 28 de julio de 1980.

Haydée Santamaría formó parte de la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y en 1965 estuvo entre los fundadores del nuevo Partido Comunista de Cuba y fue elegida miembro de su Comité Central.