Una de las edificaciones más significativas que se puede apreciar en la Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja, es la que fuera habitada por El Marqués de Arcos, el doctor Francisco Teneza, a quien la Corona española confirió el título de Protomédico de La Habana.  

El día 6 de mayo de 1707 el Marqués solicitó y obtuvo un permiso para fabricar portales a su casa, aparentemente de una sola planta. Así comenzó la historia de una edificación que atendiendo a su valor patrimonial ha sido sometida a un proceso de restauración y conservación por la Oficina del Historiador de La Habana.

La Casa del Marqués de Arcos fue construida cuando todavía, lo que después sería la Plaza de la Catedral, era un lugar sin importancia, conocido como Plaza de la Ciénaga, porque era una zona muy baja adonde llegaban algunos manantiales por un lado y un brazo de mar por el otro.  

Según los especialistas, la Casa del Marqués de Arcos es uno de los mejores exponentes de la arquitectura residencial en Cuba, y eso se debe a la elegante monumentalidad y su perfecta comunión con atributos que en el siglo XVIII llegaron a ser decisivos en la conformación de la vivienda cubana de las familias poderosas.

En la actualidad  esta edificación forma parte de un complejo cultural interrelacionado con otras emblemáticas  entre ellas la que sirve de sede al  Museo de Arte Colonial.

Plaza de la Catedral.

La Plaza de la Catedral sobresale por ser un sitio de gran atracción turística. Se le califica como el conjunto más armonioso de la capital cubana. El lugar donde se asienta la plaza, en el centro histórico urbano de La Habana, fue hasta principios del siglo XVII un terreno anegadizo por lo que fue conocido inicialmente como Plaza de la Ciénaga. Con el decursar del tiempo se fueron desecando esas tierras y se construyeron algunas edificaciones. En la Plaza existe desde el siglo XVIII una de las edificaciones de carácter religioso más importantes de Cuba. Se trata de la Catedral de La Habana, que data de 1748.