Museo Nacional de Artes Decorativas invita a expo virtual Infusiones servidas con arte
La exposición virtual Infusiones servidas con arte, que propone -en su página de Facebook- el Museo Nacional de Artes Decorativas de La Habana, nos permite acercarnos a los más diversos diseños que se han realizado para los servicios de té o café durante los siglos XVIII al XX.
A través de esta muestra disfrutamos de teteras y cafeteras realizadas en metal, cerámica y porcelana; provenientes de manufacturas europeas presentadas a través de fotografías profesionales que nos permiten recrearnos en los detalles de la decoración, los hermosos paisajes, las iluminaciones y el minucioso trabajo ideado por los maestros artesanos.
Con curaduría de Esther de la C. Cabrera San Miguel, conservación de Celia Prieto y Erick Escalante, así como la fotografía de Yosvany Fornaris, la exposición agrupa diversas piezas que en décadas anteriores fueron empleadas con el fin de servir las infusiones en las casas coloniales y burguesas de la Villa de San Cristóbal de La Habana y que pertenecieron a algunas de las familias cubanas más importantes de finales del siglo XIX y principios del XX.
De estos utensilios para servir estas bebidas apreciamos piezas provenientes de Francia de la manufacturas de Lefevre y Limonges; así como de Austria, Alemania, Checoslovaquia, Inglaterra, Viena, los Estados Unidos y China.
Costumbres y hábitos de beber té o café
Varias son las costumbres que ha generado el consumo de estas bebidas a lo largo de los años en disímiles países, pues en Turquía la costumbre de tomar café está tan arraigada que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Allí se consume el café arábigo muy molido, se prepara en un recipiente conocido como “cezve”, y se sirve en tazas sin asas, conocidas como “fincan”.
En tanto, los nipones consideran el café una bebida energética; por lo que se suele consumir fría y servida en latas o botellas de plástico, incluso puede ser adquirido en máquinas expendedoras automáticas.
El creador del café “expresso” fue Italia, nación donde surgió también el establecimiento especializado en la venta de esta bebida: las cafeterías (siglo XVII en Venecia). Allí suelen añadirle azúcar durante el proceso de preparación, lo toman varias veces al día y en pequeñas tazas en apenas dos o tres tragos. Un dato curioso es que los italianos sólo toman el café cappuccino durante el desayuno.
Por su parte, el té se define como una infusión saludable preparada con las hojas secas molidas o brotes del arbusto camellia sinensis en agua caliente y beberlo ha generado importantes hábitos en sus consumidores.
La población de china destaca por ser la cuna del té oriental con aromas naturales. Beben el té en cualquier momento del día, dependiendo del gusto de cada uno; y de ellos son conocidas las casas de té en las que en un principio sólo se servían a monjes y aristócratas. En la actualidad, estas casas experimentan un resurgir de su popularidad. Se sitúan próximas a ríos y arroyos en las que se cultiva el té.
Posteriormente sería la población de Japón quien importaría esta bebida saludable. En esta nación se conoce como Ocha, pues la “O” delante de cha significa “que es honroso”. Casi en cada calle hay máquinas expendedoras en las que se puede comprar té caliente o frío.
El té salió a la venta en Inglaterra en 1658 y fue paulatinamente ganándole terreno al café, pues se tenía la impresión de que era más fácil de preparar. Al principio las tazas eran de porcelana muy frágil que se quebraban con facilidad. De ahí viene la costumbre de añadir leche al té, pues así se enfriaba la taza para evitar que se rompiera.
En Austria está muy arraigado beber té con licor porque suele tomarse acompañado de alguna bebida alcohólica, sobre todo en los meses de invierno.