En el patio del antiguo Palacio de los Capitanes Generales en La Habana se puede apreciar en su parte central  un monumento y también, en este caso incrustado en la pared en uno de los laterales un poema. El poema que data de finales del siglo XVIII corresponde a la autoría de Ángel Augier.

Dicho poema está dedicado de manera muy especial al citado patio de lo que fue la vivienda de los Capitanes Generales españoles, desde 1792 hasta 1898, y que a partir del siglo XX se convirtió en la sede principal del Museo de la Ciudad de La Habana. Esta obra resultó premiada en un concurso convocado por el municipio de La Habana en 1937. 

En la parte inicial de este poema su autor señaló:

 “A la luz de tu sombra conmovida

deja de escuchar a tantas voces tuyas,

me quedaré desnudo de silencio

El creador de este poema nació el primero de diciembre en 1910 en el entonces central Santa Lucía, ubicado en la zona de Gibara en la parte oriental del territorio cubano.

Cuando era joven trabajó como empleado en las oficinas del citado ingenio azucarero. Después se trasladó hacia La Habana y pudo desarrollar una labor relacionada con el periodismo y con la investigación histórica.

Precisamente llegó a ser jefe de redacción durante varios años de una revista habanera y al mismo tiempo colaboró en trabajos investigativos en la Oficina del Historiador de la ciudad. En 1941 obtuvo el premio nacional de ensayo de la dirección de cultura del Ministerio de Educación por su trabajo “Martí, poesía y su influencia innovadora en la poesía de América”.

Varios años después participó como delegado en un importante evento de carácter continental, es decir en el Congreso de la Paz celebrado en la capital de México.  Realizó estudios de administración pública en la Universidad de La Habana en el período comprendido entre 1952 y 1954. También entre ese último año citado y 1955 obtuvo una beca de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y recibió clases de Tecnología de las Artes Gráficas en la Escuela Estienne de París. En la Biblioteca Nacional de la capital francesa realizó importantes investigaciones literarias. Además de poeta y ensayista, desarrolló una labor muy activa en el  periodismo cubano, incluso desempeñó responsabilidades en varias publicaciones.

También en la parte central del patio del antiguo Palacio de los Capitanes Generales en La Habana se levanta una estatua en homenaje a Cristóbal Colón, célebre navegante quién entró en contacto con el territorio cubano en 1492 durante su primer viaje a América.  Franqueada por dos altas palmas reales y una sinuosa yagruma de elevada copa la estatua, que refleja el gran Almirante en traje de la época, es de mármol y está sobre un pedestal del mismo material.

Desde 1854 el Ayuntamiento habanero había acordado situar un monumento a Colón en este sitio, pero no es hasta seis años después que fue traída de Italia la estatua y en 1862 fue situada donde en la actualidad se puede apreciar.